BMW Motorrad acaba de presentar su visión más audaz para el futuro del transporte urbano con el prototipo Vision CE.

BMW ha vuelto a hacerlo. En plena efervescencia del IAA Mobility 2025, donde las principales marcas automovilísticas del mundo compiten por anticipar el futuro de la movilidad, la división de motos de la firma bávara ha dado el golpe con el BMW Motorrad Vision CE.
A primera vista, se presenta como un prototipo de scooter eléctrico más. Pero basta con observar un par de detalles, un techo parcial, un cinturón de seguridad, una estructura que parece sacada de una cápsula de seguridad, para entender que esto va mucho más allá.
Y sí, es exactamente lo que parece: el BMW C1 ha vuelto. Pero adaptado a una nueva era, más conectada, más limpia y mucho más sofisticada.
El Vision CE recupera una idea que hace 25 años parecía adelantada a su tiempo y que hoy, con el auge de la movilidad urbana eléctrica, tiene más sentido que nunca.
Aquel BMW C1 que tantos recuerdan, sobre todo quienes lo vieron circular sin casco por las calles europeas a principios de los 2000, encuentra en este nuevo prototipo su heredero espiritual.
No se llama C1 ni lo pretende, pero recoge sus principios esenciales: ofrecer una alternativa segura, urbana y funcional al coche sin las incomodidades tradicionales de las motos.
Esta propuesta futurista no es una simple reinterpretación estética. El Vision CE se construye sobre una lógica de diseño completamente nueva.
La estructura no solo es visualmente impactante, sino que cumple una función esencial: crear una jaula de seguridad que protege al conductor en caso de caída o impacto.
El techo está integrado en el diseño del bastidor, y aunque no protege completamente de la lluvia como en el C1 original, cumple su cometido estructural con eficacia.
El asiento con respaldo y los cinturones de seguridad completan la ecuación legal que exime al conductor del uso obligatorio del casco, al menos bajo ciertas normativas europeas.
El diseño es otro de los puntos donde el Vision CE marca territorio. Con una estética que combina el aluminio al desnudo, superficies angulosas, acabados en blanco mate y negro y detalles en rojo neón, se aleja de cualquier intento de parecer convencional.
Esta moto no quiere pasar desapercibida. Al contrario, apunta directamente al imaginario de la ciencia ficción urbana.
Es más, BMW la ha presentado con imágenes donde se le ve circulando por entornos desérticos, un escenario que, aunque poco realista para su uso real, enfatiza su carácter vanguardista y su rol como declaración de intenciones.
Más allá de la imagen, hay también innovación técnica. Aunque BMW no ha revelado datos concretos sobre su motor, autonomía o prestaciones, sí se ha confirmado que este prototipo incorpora un sistema de equilibrado automático cuando está parado.
Un detalle aparentemente menor, pero crucial en un vehículo de este tamaño y peso, que podría marcar la diferencia en el uso diario en ciudad, especialmente para conductores menos experimentados.
Tras el éxito del CE 04, que ya rueda por las calles como una de las propuestas más avanzadas en scooters eléctricos de gran formato, y el CE 02, más compacto y juvenil, el Vision CE se perfila como el siguiente paso lógico: una versión más segura, más sofisticada y orientada a un público que busca algo diferente.
No se trata solo de movilidad, sino de estilo de vida. De diseño. De romper con lo establecido.
Lo más interesante es que este no parece ser uno de esos prototipos condenados al olvido. BMW tiene la costumbre de convertir en realidad muchos de sus concepts, especialmente aquellos que presentan públicamente con tanto nivel de detalle.
Por eso, aunque el Vision CE aún no tenga una fecha de producción confirmada ni precio estimado, no sería descabellado pensar que podría llegar a los concesionarios antes de lo que imaginamos.
Eso sí, seguramente con algunos ajustes, pero conservando su espíritu rompedor.
La apuesta por eliminar el casco no es simplemente una cuestión de comodidad. Es una forma de replantear completamente cómo entendemos el vehículo urbano individual.
Al permitir al usuario vestir con ropa convencional y no tener que cargar con el casco, se abre la puerta a un uso mucho más flexible, inmediato y natural.
Se convierte en una extensión del día a día, no en una actividad que requiera preparación previa. En este sentido, el Vision CE está mucho más cerca del coche que de la moto.
El mercado de los scooters eléctricos vive un momento de efervescencia. Las ciudades se están transformando, los usuarios demandan soluciones prácticas, limpias y con personalidad, y los gobiernos empujan hacia la electrificación del parque móvil.
En este contexto, propuestas como la del Vision CE no son solo bienvenidas, sino necesarias. Porque no basta con electrificar el vehículo tradicional.
Hay que reinventarlo desde la raíz. Y ahí es donde este scooter eléctrico techado, con cinturón y sin casco, entra en juego como una alternativa radical, pero sensata.
Así que sí, el BMW C1 ha vuelto. Pero no como lo conocíamos. Más futurista, más pulido, más adaptado a las nuevas necesidades.
El Vision CE no es un experimento retro, ni un capricho de diseño: es una visión muy clara de hacia dónde puede ir la movilidad urbana en los próximos años.
Y si llega a producirse, que todo indica que sí, será una de esas raras ocasiones en las que el futuro parece, por fin, un poco más cerca.
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