Volkswagen destrona a Tesla y se corona como líder del coche eléctrico en Europa

Con un desplome del 38% en las ventas de Tesla y un crecimiento espectacular del 157% por parte Volkswagen, los datos del primer trimestre de 2025 han sido toda una sorpresa.

Por primera vez, Tesla ha dejado de ser el fabricante número uno de coches eléctricos en Europa. El trono ahora lo ocupa Volkswagen, un cambio que no solo refleja la evolución del mercado, sino que también lanza un potente mensaje: la hegemonía de la marca californiana ya no es incuestionable.

Tesla ha perdido en apenas tres meses la posición de privilegio que mantenía con puño de hierro en Europa. Y lo ha hecho en medio de una tormenta perfecta: la imagen pública de Elon Musk se ha vuelto cada vez más polémica en el Viejo Continente, su sistema de conducción autónoma sigue sin cumplir las expectativas que él mismo ha vendido, y la competencia ya no se conforma con mirar desde la barrera.

Mientras tanto, Volkswagen ha movido ficha con decisión, logrando no solo escalar en ventas sino colocar a tres de sus modelos entre los diez coches eléctricos más vendidos en Europa: ID.4, ID.7 e ID.3.

Lo que sorprende es la magnitud del desplome de la marca estadounidense. Según los datos de ACEA y JATO Dynamics, Tesla ha entregado 53.237 unidades eléctricas entre enero y marzo de 2025. Una cifra muy lejana de los más de 86.000 vehículos que colocó en el mismo periodo del año anterior.

Especialmente dolorosa es la caída del Model Y, que a pesar de haber sido actualizado recientemente, ha visto reducidas sus matriculaciones en un 49%. El Model 3 también sufre, con un descenso del 14%. Aun así, siguen siendo los dos modelos eléctricos más vendidos, pero su reinado está herido de muerte.

Por el contrario, Volkswagen ha conseguido matricular 65.679 coches eléctricos en ese mismo periodo. La clave de este éxito no es solo la diversificación de su gama eléctrica, sino también una estrategia de mercado perfectamente ejecutada.

El ID.7 ha sido el gran protagonista, con un incremento del 873% en sus ventas hasta alcanzar las 18.770 unidades. Este modelo, que ofrece hasta 707 kilómetros de autonomía y está disponible tanto en versión berlina como familiar, ha encajado como un guante en las necesidades del consumidor europeo.

En Alemania, uno de los mercados automovilísticos de Europa, donde más del 60% de las ventas de vehículos nuevos se hacen a través de estas flotas, Volkswagen ha sabido aprovechar la coyuntura como nadie.

Mientras tanto, Tesla parece haber perdido el pulso del mercado europeo. A pesar de su agresiva política de precios y las constantes promesas de mejoras tecnológicas, el fabricante americano no logra revertir la percepción negativa que pesa sobre él.

Las declaraciones y posicionamientos políticos de Elon Musk no han pasado desapercibidos en un continente particularmente sensible a estos temas. En Francia, Dinamarca o Portugal, países clave para Tesla, las ventas han caído en picado. Y lo que antes era una devoción casi religiosa por la marca, hoy se traduce en escepticismo e incluso rechazo.

Es aquí donde surge la gran pregunta: ¿es esta caída de Tesla el principio de su declive en Europa, o un simple tropiezo en el camino? Hay argumentos para ambas teorías. Por un lado, la compañía sigue siendo referente tecnológico y mantiene una red de recarga que es la envidia de cualquier fabricante.

Además, su margen de beneficio continúa siendo muy superior al de sus rivales, lo que le otorga un colchón importante para maniobrar. Pero por otro lado, el contexto europeo está cambiando, y lo hace a una velocidad para la que Tesla parece no estar preparada.

Volkswagen, en cambio, ha demostrado que su apuesta por la electrificación no era solo una estrategia de imagen tras el escándalo del diésel, sino un plan estructurado y ambicioso.

Ha invertido en plataformas eléctricas propias, ha creado una gama variada que cubre desde compactos hasta berlinas premium, y ha sabido leer el mercado como pocos.

El ID.4 se mantiene como el tercer eléctrico más vendido en Europa, mientras que el ID.3 ha escalado hasta el sexto puesto. Todo esto, a pesar de que las fábricas del grupo han tenido también sus propios problemas de producción y logística.

Por otra parte, se pone en duda que la marca de Elon Musk pueda mantener su posición dominante fuera de Estados Unidos y China. Y es precisamente en Europa, donde el coche eléctrico ya no es una promesa sino una realidad consolidada, donde esta batalla adquiere más relevancia.

Si Tesla no es capaz de reconectar con el consumidor europeo, puede perder definitivamente un mercado que hasta hace poco parecía suyo por derecho propio.

Y aquí es donde el debate se vuelve especialmente interesante. ¿Estamos ante un nuevo ciclo dominado por los fabricantes tradicionales, capaces de adaptarse al cambio con más rapidez de lo que muchos creían?. ¿O Tesla dará un golpe en la mesa y recuperará su liderazgo con una nueva generación de modelos y una estrategia más afinada para el consumidor europeo?.

El mercado europeo, históricamente más exigente en términos de sostenibilidad, diseño y usabilidad, está empezando a premiar a aquellos que no solo ofrecen tecnología, sino también coherencia y adaptación local. Volkswagen, con sus fábricas en suelo europeo, su red de concesionarios establecida y una oferta ajustada a las ayudas fiscales y preferencias locales, está ganando esa partida.

Tesla, por su parte, se enfrenta al reto de reinventarse en un territorio que ya no le rinde pleitesía. Y en este tablero, los próximos movimientos serán decisivos. Porque si algo ha demostrado el primer trimestre de 2025, es que nadie tiene garantizado el liderazgo en el coche eléctrico. Ni siquiera quien lo inventó.