Comparativa de baterías Tesla y BYD: unas destacan en rendimiento, las otras son mejor en seguridad.

El sector del coche eléctrico se ha convertido en un ring de boxeo tecnológico, y los pesos pesados no son otros que Tesla y BYD.
Aunque ambos fabricantes compiten en ventas y diseño, la auténtica guerra se libra bajo el capó: en el corazón energético de sus vehículos, las baterías.
Un reciente estudio ha hecho algo que muy pocos se atreven a hacer: desmontar y analizar en profundidad las baterías de un Tesla Model Y y un BYD Sealion 7. ¿El resultado? Dos filosofías completamente opuestas que muestran lo mucho que aún queda por debatir.
Tesla se desploma en Europa con una caída del 49% en ventas: su mayor crisis en años.
Tesla presentó su celda 4680 como una revolución: más densidad energética, sin lengüetas internas y una promesa de autonomía y potencia superiores.
Un diseño cilíndrico que abandona las soluciones tradicionales y que apuesta todo a la eficiencia del rendimiento.
Su composición química, NCM811 (níquel, cobalto y manganeso), también habla de ambición: materiales caros, escasos y de alto rendimiento.
Pero como todo en la vida, lo que brilla también quema: estas baterías generan hasta tres veces más calor por volumen que las de BYD, lo que exige un sistema de refrigeración más avanzado y, por tanto, más complejo.
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En la esquina contraria está BYD con su Blade Battery. Un diseño prismático, que a primera vista puede parecer más conservador, pero que esconde una estrategia radicalmente distinta.
La clave está en su composición LFP (litio-ferrofosfato): más barata, más estable térmicamente y sin necesidad de cobalto o níquel. Mientras Tesla corre, BYD resiste.
Mientras uno persigue prestaciones, el otro apuesta por seguridad, durabilidad y control de costes.
El análisis alemán revela una verdad incómoda para Tesla: su batería es brillante en autonomía y potencia, pero peligrosa si no se gestiona bien.
La generación de calor no es solo un dato técnico, es una amenaza real para la estabilidad del vehículo. Y en un contexto donde la seguridad es cada vez más central, esta podría ser una desventaja que se amplifique con el tiempo.
BYD, por su parte, ha aceptado sacrificar kilómetros por confianza. La Blade Battery es más grande y más pesada, sí, pero es también una de las más seguras del mercado.
Su eficiencia térmica la convierte en ideal para una carga rápida sostenida y reduce significativamente el riesgo de incidentes relacionados con el sobrecalentamiento.
Además, su coste de producción más bajo le permite a BYD ofrecer coches más accesibles, una jugada que no ha tardado en dar resultados: en 2024 superó a Tesla en producción de eléctricos.
Aquí viene la pregunta que lo cambia todo: ¿qué prefieren los usuarios?. ¿Un coche con más autonomía y aceleración, aunque sea más caro y más exigente en refrigeración?. ¿O uno que tal vez no tenga el mayor rango, pero que ofrece fiabilidad, seguridad y un precio más ajustado?
Tesla tiene la narrativa, la imagen y los seguidores fieles. Muchos conductores no quieren renunciar a esa «experiencia premium» que ofrece una batería con densidades energéticas tan elevadas.
BYD, mientras tanto, construye su propio relato: el de la eficiencia práctica. Su Blade Battery se vende como la opción sensata, pensada para durar más ciclos de carga, resistir mejor el paso del tiempo y no depender de cadenas de suministro complejas o geopolíticamente tensas.
Y eso también cuenta en un mundo que cada vez mira más a la sostenibilidad total, no solo a los datos de autonomía.
A día de hoy, decir que una batería es «mejor» que la otra es simplificar demasiado un debate que es cada vez más técnico, más estratégico y, sobre todo, más polarizado.
Tesla y BYD han apostado por caminos distintos y ambos están funcionando. Es como comparar a un coche de Fórmula 1 con un 4×4 blindado: no compiten en el mismo circuito, aunque ambos sean eléctricos.
Tesla ha creado una celda que brilla en cifras, pero que exige un control térmico de primer nivel. BYD ha diseñado una batería que resiste mejor el tiempo, las temperaturas y los costes, aunque no deslumbre en rendimiento bruto. Cada una es un espejo de su filosofía empresarial.