La exclusiva colección de coches de Ilia Topuria es un auténtico desfile de lujo y potencia, pero entre ellos destaca un coche eléctrico de alta gama.

Ilia Topuria está viviendo el mejor momento de su carrera deportiva. Después de hacer historia como el primer luchador español en conquistar el título de peso pluma de la UFC, el hispanogeorgiano ha dado un paso más al alzarse con el título de peso ligero tras noquear de manera espectacular a Charles Oliveira.
Este triunfo lo consolida como una de las figuras más imponentes dentro del octágono, pero fuera de él, su garaje refleja otra faceta de su personalidad: la pasión por los coches de alta gama.
Entre todos los vehículos que posee, uno destaca especialmente por ser símbolo de vanguardia y sostenibilidad, el Porsche Taycan eléctrico, un coche que dice mucho de quién es Topuria en este momento de su vida.
La colección de coches de Ilia Topuria es variada y poderosa. En ella encontramos auténticas joyas como el Lamborghini Aventador, un deportivo muy exclusivo, que vale más no saber el precio.

Además, Topuria cuenta con vehículos «más discretos» como un BMW Serie 1 y un Mercedes Clase C, ambos modelos funcionales y perfectos para los desplazamientos diarios o trayectos más largos gracias a su equilibrio entre confort y eficiencia.
También en su garaje se encuentra un Mercedes-AMG A 45 4MATIC, un coche que ofrece un rendimiento superior con sus 381 caballos, pero que sigue siendo cómodo para el uso cotidiano.
Sin embargo, el vehículo que verdaderamente representa la evolución de Ilia Topuria es el Porsche Taycan. Este coche no es simplemente un eléctrico más, es la apuesta de Porsche por redefinir el concepto de deportividad en la era eléctrica.

El Taycan que Topuria conduce es probablemente la versión Turbo o incluso la Turbo S, ambas con cifras espectaculares de potencia.
La versión Turbo ofrece 680 caballos mientras que la Turbo S alcanza los 761 caballos, cifras que ponen a este modelo al nivel de los superdeportivos más radicales.
El Taycan no solo destaca por su potencia, sino también por su autonomía. Gracias a la batería Performance Battery Plus, inicialmente ofrecía alrededor de 450 kilómetros de autonomía, pero con las recientes actualizaciones de Porsche, este modelo ha llegado a alcanzar los 678 kilómetros con una sola carga.
Esto supone un salto enorme para los coches eléctricos, acercándose a las cifras de autonomía de los vehículos de combustión tradicionales. Además, el Taycan incorpora un sistema de recarga ultrarrápido que es uno de sus grandes atractivos.
Su arquitectura eléctrica de 800 voltios le permite cargar del 5 al 80 % en apenas 22 minutos si se conecta a una estación de carga adecuada. Este detalle no es menor, ya que elimina uno de los grandes problemas asociados a los coches eléctricos: los largos tiempos de espera para recuperar autonomía.
El rendimiento del Taycan es digno de mención. La aceleración es brutal. La versión Turbo es capaz de pasar de 0 a 100 km/h en 3,2 segundos, mientras que la Turbo S lo consigue en solo 2,8 segundos.
Esto lo convierte en uno de los coches más rápidos disponibles en el mercado actual, compitiendo directamente con modelos como el Tesla Model S Plaid o el Lucid Air Dream Edition.
Lo más sorprendente es que, a pesar de estas prestaciones de infarto, el Taycan mantiene un comportamiento dinámico elegante, preciso y confortable gracias a su sistema de tracción total y la caja de cambios de dos velocidades en el eje trasero, un detalle que lo diferencia de otros coches eléctricos.
En cuanto al diseño, el Taycan es una obra maestra. Sus líneas son fluidas y musculosas, con detalles aerodinámicos como el alerón trasero activo y las manetas retráctiles que contribuyen a mejorar la eficiencia y la estética.
El coeficiente aerodinámico de este modelo es de apenas 0,22, lo que demuestra que Porsche ha cuidado hasta el último detalle para maximizar el rendimiento.
El interior tampoco decepciona. El Taycan ofrece una experiencia digital completa, con varias pantallas táctiles de alta resolución que eliminan prácticamente todos los botones físicos.
La calidad de los materiales y la atención al detalle son lo que se espera de una marca como Porsche, con opciones sostenibles como interiores veganos que encajan con la filosofía ecológica del modelo.
El chasis del Taycan está construido con una combinación inteligente de aluminio y acero para reducir el peso sin comprometer la rigidez. La suspensión neumática adaptativa proporciona un nivel de confort impresionante, incluso cuando se le exige en conducción deportiva.
Los frenos cerámicos, con pinzas de diez pistones en el eje delantero, garantizan una frenada contundente y segura, mientras que la dirección a las cuatro ruedas aporta una agilidad sorprendente para un coche de estas dimensiones.
Ilia Topuria no solo se ha subido al podio de la UFC, también ha apostado por estar en la cima tecnológica del mundo automovilístico. La elección del Porsche Taycan es una declaración de intenciones.
Es un coche que refleja su éxito, pero también su compromiso con una movilidad más limpia, sin perder la esencia deportiva que lo caracteriza como luchador.
La velocidad, la potencia y la precisión que exige dentro del octágono se trasladan a la carretera con el Taycan, un coche que, aunque no ruge como un Lamborghini, impone respeto por su aceleración inmediata y su diseño futurista.
En su garaje también descansa un Lamborghini Aventador Roadster, un coche que sigue simbolizando el rugido clásico de la deportividad italiana con su motor V12 de 740 caballos, pero el Taycan, con su silencio eléctrico y sus prestaciones impresionantes, parece ser la muestra de que Topuria ya está pensando más allá del presente.
No es casualidad que haya optado por este modelo. Es el reflejo de su crecimiento personal y profesional, de alguien que ha aprendido a no solo buscar la potencia en bruto, sino también la eficiencia y la sostenibilidad.
El Porsche Taycan no solo es rápido. Es eficiente, elegante y tecnológicamente avanzado. Y quizá eso es lo que ahora busca Ilia Topuria: seguir ganando, pero también hacerlo de una forma que deje huella más allá del ruido.
Con este coche eléctrico, demuestra que el futuro puede ser tan apasionante como el rugir de un V12 y que, al igual que en la UFC, se puede ganar de muchas maneras, incluso en silencio.