Emilio López, del canal “Vehículos Eléctricos y Más Allá”, entrevista a Jorge, un asturiano que ha conseguido recorrer más de 500.000 kilómetros con su Tesla Model 3 sin haber cambiado ni la batería, ni el motor, ni las pastillas de freno.

Sí, 500.000 kilómetros con las pastillas de freno originales, las cuales aún conservan un 40 % de vida útil. Medio millón de kilómetros y sigue frenando con el mismo material con el que salió del concesionario.
Esto se explica por el frenado regenerativo, una de las grandes ventajas del coche eléctrico, que reduce el uso del freno físico, especialmente en trayectos por carretera. Jorge lo resume con naturalidad: “Cuando lo digo, no se lo creen. Bueno, pues vale, no te lo creas”.
La historia comienza en septiembre de 2019, cuando Jorge se convierte en uno de los valientes que apuestan por un Tesla Model 3 para hacer viajes de Asturias a Galicia, en un momento en el que apenas había infraestructura de carga rápida.
La apuesta no era menor: su uso del coche era intensivo y constante. Cada semana parte desde Asturias y recorre buena parte de Galicia: Ferrol, A Coruña, Santiago, Pontevedra, Vigo, Ourense, Lugo…
Cada semana repite la misma ruta y al final del mes suma unos 8.000 kilómetros. No es un coche para el ocio ni una elección ideológica: es su herramienta de trabajo diaria.
A pesar de este uso extremo, su Model 3 ha superado el medio millón de kilómetros sin necesitar una intervención mayor.
El coche no ha estado exento de contratiempos. Jorge critica el servicio postventa de Tesla, especialmente en sus primeros años.
Desde el primer día, cuando lo entregaron con luces traseras defectuosas por un error entre focos americanos y europeos, hasta un brazo de dirección que se negó a sonar justo el día de la revisión y que tuvo que pagar fuera de garantía.
También recuerda cómo el trato con Tesla era impersonal y dependía completamente de una aplicación móvil que no permitía explicar detalles ni hablar con un técnico. “Si eso pasa en Mercedes o BMW, los fusilan”, bromea.
Aun así, la situación ha mejorado. El taller de Vigo, con personal más cercano y profesional, ha devuelto la confianza a muchos usuarios.
Jorge elogia especialmente al mecánico Andrés, al que define como “una maravilla”. En la parte técnica, más allá de ese brazo de dirección y algún problema menor con la tapa del remolque, el coche se ha mostrado sólido.
Ni la batería ni el motor han dado síntomas de fatiga. La degradación de la batería es mínima, ahora llega a Lugo con un 15 % de batería, cuando antes lo hacía con un 20%.
Uno de los puntos más sorprendentes del testimonio de Jorge es el uso del coche para remolcar. Ha tirado de caravanas y otros remolques de forma regular, un escenario en el que el eléctrico suele mostrar sus límites.
Pero incluso con este uso, el coche ha respondido. Eso sí, carga más rápida la batería y requiere más paradas.
Además, muchos puntos de recarga no permiten cargar con el remolque enganchado, lo que obliga a maniobras engorrosas. A pesar de eso, Jorge lo tiene claro: “Lo uso para todo”.
El ahorro económico también es demoledor. Antes de tener el Tesla, Jorge gastaba unos 800 euros mensuales en gasoil con su Seat León.
Ahora, entre Oviedo y Galicia, sus facturas eléctricas rara vez superan los 200 o 250 euros al mes. El resto lo carga en carretera, optimizando las paradas según su propio criterio, no el del navegador. A esto se suma el coste de mantenimiento: casi nulo.
Salvo una revisión con cambio de líquidos a los 400.000 kilómetros y una tarjeta de conexión a internet que tuvo que reemplazar, el coche ha seguido funcionando sin más problemas.
Ante la pregunta de si cambiaría la batería una operación que podría costar unos 15.000 euros o el coche entero, Jorge duda.
Mientras el coche siga respondiendo, no tiene motivo para cambiarlo. Además, los precios han bajado y hoy puede adquirir un Model 3 nuevo por poco más de 40.000 euros, cuando el suyo costó 62.000.
En total, entre combustible y mantenimiento, Jorge se ha ahorrado unos 44.800 euros al volante de su Tesla Model 3.
Esta historia no es un spot publicitario. Jorge es crítico, exigente y nada complaciente con Tesla. Pero los hechos están ahí: 500.000 kilómetros, cero motores cambiados, cero baterías nuevas, pastillas de freno intactas, y un ahorro acumulado que cualquier conductor de combustión miraría con envidia.
Él no se imagina volver atrás. Y no lo dice con arrogancia, sino con la calma de quien sabe que ha hecho una apuesta que le ha salido redonda.
Podéis ver el video completo en el canal de youtube: Vehículos Eléctricos y Más Allá.
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