Con más de 3.000 kilómetros recorridos, queda claro que unas vacaciones en coche eléctrico son posibles.

Sin embargo, para Rafael Jiménez Ariza ha sido todo lo contrario: un viaje cómodo, económico y libre de preocupaciones, que demuestra cómo la movilidad eléctrica ya es una realidad consolidada en países como Noruega.
Este verano, Rafael y su familia eligieron el país escandinavo como destino de vacaciones. Durante 14 días recorrieron una ruta que unía Oslo con Ålesund y de vuelta a la capital noruega, en total 3.100 kilómetros.
El vehículo elegido fue un Volkswagen ID.3 Pro con batería de 59 kWh y una autonomía WLTP de 432 kilómetros.
“Conducir un coche eléctrico en Noruega es un acto de normalidad absoluta”, resume Rafael. Y es que, a lo largo de todo el recorrido, no se encontró con ninguno de los obstáculos que suelen preocupar a quienes todavía dudan de dar el salto a la movilidad eléctrica.
La mayoría de cargas duraron menos de 20 minutos y coincidieron con paradas para comprar o visitar lugares.
No adaptaron el viaje al coche, fue el coche el que se adaptó al viaje. Y nunca apareció esa llamada “ansiedad de autonomía” que tantas veces se repite.
Además de la comodidad, la economía jugó a favor. El viaje en eléctrico supuso un gasto total de 979 euros, frente a los 2.022 euros que habría costado hacerlo en un coche de gasolina.
El ahorro fue de más de 1.000 euros, una diferencia notable que se explica en varios factores. El alquiler del eléctrico resultó mucho más barato, con un coste de 487 euros frente a más de 1.200 euros en un coche de combustión.
En peajes y ferris disfrutaron de un 50% de descuento gracias a las ventajas para los vehículos eléctricos.
Y la electricidad apenas supuso 247 euros, a pesar de cargar el 80% de las veces en puntos de carga rápida. Más allá de los números, la experiencia tuvo un componente emocional que la familia difícilmente olvidará.
Viajar en silencio, atravesando paisajes de fiordos infinitos, carreteras que serpentean entre montañas y túneles que conectan islas con el continente, reforzó la sensación de estar viviendo unas vacaciones diferentes.
El coche eléctrico no fue solo un medio de transporte, sino parte de la experiencia: cada recarga se convirtió en una pausa para descubrir un pueblo, probar la gastronomía local o simplemente contemplar la naturaleza en estado puro.
Noruega es, además, el país del mundo donde más coches eléctricos se venden por cuota de mercado. Hoy en día, alrededor del 95% de los vehículos nuevos matriculados son 100% eléctricos.
Esto implica que los que conducen un coche de combustión empiezan a ser casi una rareza.
Y lo más revelador es que, pese a esa adopción masiva, no existen los problemas que a menudo se utilizan como tópicos para atacar al coche eléctrico: no hay saturación de la red, los vehículos no se incendian “cada dos por tres” y la movilidad sigue funcionando con total normalidad.
La experiencia de Rafael refleja lo que ocurre en un país que ha logrado integrar la movilidad eléctrica en su día a día.
Noruega cuenta con un mix energético renovable superior al 90% y con una infraestructura de recarga que permite viajar largas distancias sin complicaciones.
En palabras de Rafael: “Si otros países europeos no están desarrollando la movilidad eléctrica, no es por cuestiones técnicas, sino por falta de voluntad política y por intereses que desconocemos«.
En uno de los países más fríos y extremos del mundo ya han consolidado un modelo sostenible. ¿En qué lugar queda el país del sol en todo esto?”.
Mientras en España aún se debate sobre la viabilidad de los coches eléctricos y la falta de infraestructura, historias como la de Rafael Jiménez Ariza muestran que viajar en eléctrico es posible, cómodo y rentable, siempre que exista el apoyo necesario en términos de infraestructuras y políticas públicas.
Su viaje a Noruega no es solo una experiencia familiar inolvidable, sino también una demostración práctica de cómo se puede hacer turismo sostenible y, sobre todo, de la importancia de educar a las nuevas generaciones en un modelo de movilidad más limpio y responsable con el planeta.
Etiquetas: coche eléctrico, conduciendo un eléctrico: testimonios del cambio a la nueva movilidad.







