El 20 % de los coches matriculados en Europa en agosto fueron eléctricos puros

Más de 1,5 millones de europeos han optado por dejar atrás el motor de combustión en lo que va de año.

En agosto de 2025, Europa ha vuelto a consolidar una tendencia que ya no sorprende pero sigue siendo histórica: 1 de cada 5 coches matriculados han sido 100% eléctricos.

Con 159.810 unidades matriculadas en el mes de Agosto en el conjunto de la Unión Europea (EU+EFTA+UK), la transformación hacia una movilidad libre de emisiones empieza a consolidarse con datos que ya no dejan espacio para el escepticismo.

Los números del acumulado del año refuerzan aún más esta tendencia. Entre enero y agosto, se han vendido 1.536.433 coches eléctricos puros en Europa.

Esta cifra representa una cuota de mercado del 17,7 %, lo que demuestra que no se trata de una moda estacional ni de un fenómeno local. El coche eléctrico, sin apellidos ni excusas, se está convirtiendo en una elección real, concreta y cada vez más dominante.

Es fundamental subrayar que estos datos se refieren exclusivamente a vehículos 100 % eléctricos.

Los híbridos enchufables, a pesar de que a menudo se contabilizan junto a los eléctricos en muchas estadísticas y titulares, no forman parte de esta categoría.

Seguir incluyendo modelos con motor de combustión bajo la etiqueta de «vehículo electrificado» no solo confunde, sino que perpetúa una narrativa errónea sobre el avance hacia la descarbonización del transporte.

La aceleración de las ventas de eléctricos puros está provocando un reordenamiento del mapa automovilístico europeo. Algunos países están protagonizando crecimientos tan espectaculares que parecen más propios de un salto tecnológico que de una evolución progresiva.

España es el mejor ejemplo de esta dinámica. Aunque su cuota de mercado se mantiene aún en un discreto 8,1 %, el ritmo de crecimiento apunta a que podría cerrar el año duplicando sus ventas de eléctricos respecto a 2024.

Este cambio de ritmo es una señal clara de que algo se está moviendo en uno de los mercados históricamente más lentos en adoptar la movilidad eléctrica.

Dinamarca, en cambio, ya no está en fase de aceleración: está en otra dimensión. Con una cuota de mercado del 64,83 %, el país nórdico se consolida como uno de los líderes absolutos de la electrificación en Europa.

Bélgica también ha dado un salto notable, alcanzando un 34,8 % en agosto, lo que lo coloca por delante de mercados tradicionalmente más activos.

Y Portugal, con una cuota del 20 % en agosto, se sitúa como uno de los referentes europeos, demostrando que el sur del continente también puede marcar el paso.

Alemania sigue siendo el epicentro en términos absolutos. Con 336.707 vehículos eléctricos matriculados en los primeros ocho meses del año, su posición de liderazgo es incuestionable.

No se trata solo del volumen, sino del papel que juega como motor industrial y de referencia para otros países.

Reino Unido le sigue con 276.635 coches eléctricos matriculados en 2025 (enero-agosto), acompañado de una cuota de mercado del 26,5 % en agosto, lo que confirma que el mercado británico mantiene un compromiso firme con la electrificación pese a las dudas políticas que han rodeado a sus normativas en los últimos años.

En el extremo más alto del ranking, como viene siendo habitual, se encuentra Noruega, donde el 95 % de los coches matriculados en agosto fueron eléctricos.

Su caso ya es un clásico en todos los informes, pero conviene insistir: este pequeño país escandinavo ha demostrado que, con políticas coherentes, incentivos potentes y una infraestructura bien diseñada, el cambio total es posible y rápido.

Por el contrario, en el extremo más bajo de la tabla aparece Italia. Con apenas un 4,5 % de cuota de mercado, el país transalpino representa la gran decepción del proceso de electrificación europeo.

A pesar de contar con una industria automovilística potente, con marcas de renombre y una red de distribución amplia, Italia no logra despegar.

La falta de políticas públicas decididas y una percepción muy conservadora entre los consumidores son algunos de los factores que explican este estancamiento preocupante.

El avance de los coches eléctricos en Europa no es solo un fenómeno de cifras. Es un cambio de mentalidad que implica decisiones de compra, adaptación industrial, inversiones en infraestructuras y, sobre todo, una redefinición de lo que significa moverse en el siglo XXI.

Como comentamos, estos datos corresponden exclusivamente a los coches 100 % eléctricos. Muchos medios insisten en polarizar la información, sugiriendo que este crecimiento se debe únicamente a las restricciones impuestas desde Bruselas.

Sin embargo, la realidad es bastante más compleja. Para obtener una etiqueta medioambiental favorable hoy en día basta con adquirir un microhíbrido.

Basta con que el coche tenga una ligera asistencia eléctrica que, aunque siga consumiendo combustibles fósiles, le permite obtener la etiqueta ECO.

Por eso, el hecho de que 1.536.433 personas hayan optado por un coche eléctrico puro en Europa entre enero y agosto no puede explicarse solo desde la regulación.

Estas personas no se han visto obligadas por la norma, sino que han tomado una decisión consciente: porque les gusta esta tecnología, porque la consideran un ahorro a medio y largo plazo o porque creen que apostar por la electrificación es una forma de avanzar hacia una mayor independencia energética en Europa.

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