El Gobierno quiere asumir directamente la gestión del nuevo plan de ayudas, tras años de críticas a las autonomías por la lentitud en la tramitación.

Esta noticia marcará un antes y un después en la movilidad eléctrica en España: el Plan MOVES, que durante años ha sido la principal herramienta para subvencionar la compra de vehículos eléctricos y la instalación de puntos de recarga, no volverá en 2026.
Su desaparición no solo implica un cambio de modelo de ayudas, sino una decisión política de gran calado: el Gobierno quiere arrebatar a las comunidades autónomas la gestión de los fondos, optando por un control centralizado que ha sido aplaudido por la industria y que promete reducir la burocracia y acelerar los pagos.
Durante los últimos años, el Plan MOVES ha sido criticado por su lentitud a la hora de gestionar las ayudas, con retrasos de más de dos años en muchos casos.
Además, cada comunidad autónoma tenía su propio ritmo, criterios y procesos administrativos. Esto provocaba que, dependiendo del lugar de residencia del solicitante, el tiempo de espera para recibir una subvención pudiera oscilar entre uno y tres años.
El nuevo programa, que se anunciará antes de que finalice 2025, busca evitar precisamente ese cuello de botella. Según fuentes del sector citadas por El País, el modelo a seguir será el del plan Reinicia Auto+, aplicado en la Comunidad Valenciana tras las inundaciones de octubre de 2024.
La urgencia del desastre obligó a una gestión ágil y eficaz, algo que bien podría aplicarse al conjunto de las ayudas públicas.
En palabras de un representante del sector: “Entre el mes de espera del plan valenciano y los 18 meses del MOVES, me quedo con el de un mes”.
Ahora bien, la pregunta que se abre es si esta recentralización mejorará la gestión. Las autonomías han sido durante décadas las responsables de ejecutar programas estatales con fondos europeos o nacionales.
Además, hay un aspecto espinoso que todavía no se ha resuelto: qué ocurrirá con las miles de solicitudes del MOVES que se han quedado en el limbo tras el agotamiento de los fondos de la última convocatoria.
Según datos de ANFAC, regiones como Andalucía, Madrid, Cataluña o Galicia, que representan el 85% del mercado de coches eléctricos, ya habían consumido su presupuesto en septiembre.
Muchas personas y empresas se han quedado a las puertas de la ayuda y no saben si serán absorbidas por el nuevo plan o si quedarán definitivamente excluidas.
Tampoco está claro de dónde saldrá el dinero del nuevo programa ni su cuantía total. El Plan MOVES 2025 contaba con 400 millones de euros, pero en esta ocasión el Gobierno ha descartado financiar las ayudas con reformas fiscales, como pedía el sector, y no ha detallado aún la partida presupuestaria.
La sensación es que todo está en el aire, y que aunque la centralización promete eficiencia, su éxito dependerá del músculo financiero que el Ejecutivo esté dispuesto a emplear.
Todas estas ayudas se enmarcan en el Plan Auto 2030,una hoja de ruta que incluye incentivos a la producción de coches eléctricos, atracción de fábricas de baterías, apoyo a la I+D y reformas fiscales, la centralización se presenta como la forma más directa de ejecutar políticas industriales ambiciosas en tiempo récord.
Josep Maria Recasens, presidente de la patronal automovilística ANFAC, lleva meses reclamando un plan de choque contundente que proteja al sector de la reconversión eléctrica, en la que Europa va por detrás en tecnología respecto a China.
Esta estrategia puede interpretarse como una reacción pragmática a una urgencia industrial real. España, segundo fabricante de automóviles de Europa, se juega una parte importante de su PIB si no logra adaptar sus plantas al coche eléctrico.
Es crucial que la industria española logre atraer nuevos modelos de vehículos eléctricos que garanticen la continuidad del empleo en las fábricas nacionales.
Aunque muchos titulares anticipan un declive, la industria del automóvil europea sigue siendo la principal fuerza de ventas en el continente, a pesar del empuje creciente de las marcas chinas.
Lo que resulta evidente es que un discurso claro y coherente sobre las ayudas es casi tan importante como el propio importe económico.
La incertidumbre es el peor enemigo: paraliza las ventas y congela decisiones de compra, como ya ocurrió a comienzos de 2025 ante la falta de certezas sobre la continuidad del MOVES.
Si se gestiona con eficacia, este nuevo programa de ayudas podría convertirse en el impulso definitivo para consolidar el espectacular crecimiento en ventas que se está registrando este año.
España aún está a tiempo de subirse al cambio de modelo de movilidad que ya avanza con fuerza en Europa, y con ello ganar también en independencia energética.
Etiquetas: noticias sobre movilidad eléctrica, coches chinos.
Fuente: Diario El País.









