La marca española Nerva presenta su nuevo scooter eléctrico en el Salón EICMA de Milán

Nerva ha elegido un escenario de primer nivel, el Salón de la Moto de Milán, para presentar en sociedad su nuevo scooter eléctrico, el Spark.

Con el nuevo Nerva Spark, la marca española sigue ampliando su catálogo con propuestas que combinan diseño, tecnología y un precio competitivo.

Este nuevo scooter se presenta como una opción atractiva, económica y sostenible. Llegará en la primavera de 2026, pero ya ha conseguido algo clave: recuperar el espíritu de los scooters clásicos, adaptándolo a las necesidades actuales.

El Nerva Spark, es un modelo urbano que irrumpe en un segmento dominado por propuestas utilitarias, sí, pero que muchas veces carecen de una identidad visual reconocible.

En ese vacío, el Spark planta cara con una estética que parece sacada de los años 90. Su diseño, de líneas limpias y proporciones compactas, recuerda inevitablemente a iconos como el Yamaha Booster o el BW’s.

Elementos como el doble faro redondo sobresaliendo del frontal o el suelo plano refuerzan esa sensación de familiaridad, aunque todo en él esté al servicio de la modernidad.

Este no es un capricho retro: es una reinterpretación coherente de un vehículo pensado para el día a día, con una mirada puesta en la sostenibilidad.

Desde el punto de vista técnico, el Spark estará disponible en dos versiones claramente diferenciadas: la L1e, orientada a usuarios que busquen una solución ligera, y la L3e, con mayores prestaciones.

La primera, equivalente a un ciclomotor de 50 centímetros cúbicos, equipa un motor central con una potencia nominal de 3 kW y picos de hasta 5 kW.

Su velocidad máxima está limitada a 45 km/h, permitiendo que pueda ser conducido por menores de edad con licencia AM o por titulares de un carné B sin restricciones adicionales.

La segunda versión, la L3e, alcanza una potencia máxima de 7 kW, lo que le permite superar los 90 km/h, posicionándose frente a scooters de 125 cc.

Esta variante puede conducirse con el permiso A1 o con un carné de coche con más de tres años de antigüedad, lo que amplía considerablemente su público potencial.

Uno de los pilares del Spark es su sistema de alimentación. Aquí, Nerva ha apostado por una de las tecnologías más robustas del mercado: las baterías LFP (litio-ferrofosfato) desarrolladas por BYD.

Este fabricante chino, uno de los líderes globales en almacenamiento energético y electromovilidad, aporta al Spark un componente crucial: fiabilidad.

La batería, de 3,6 kWh de capacidad útil (3,35 kWh netos en otra de las fuentes), permite al vehículo alcanzar hasta 100 kilómetros de autonomía en modo Eco.

En condiciones de uso medio, la cifra se sitúa en torno a los 75 kilómetros, y baja a unos 60 km en el modo Sport, pensado para quienes priorizan la respuesta del motor sobre la eficiencia energética.

Pero no es solo una cuestión de capacidad o autonomía. La batería es extraíble, lo que facilita su recarga sin necesidad de contar con una infraestructura específica.

Basta con una toma de corriente doméstica estándar de 1,8 kW para que en dos horas y media se pueda alcanzar el 100% de carga.

Esta solución, pensada para entornos urbanos, elimina una de las principales barreras de entrada a la electromovilidad: la dependencia de puntos de carga públicos.

Además, la batería viene respaldada por una garantía de cinco años, una cifra que supera la media habitual del sector y que refuerza la idea de durabilidad.

En términos de construcción, el Spark presenta un chasis ligero, preparado para un uso urbano intensivo, y mantiene una distribución de pesos que favorece la agilidad en entornos congestionados.

A diferencia de otros scooters eléctricos que optan por soluciones de diseño futuristas o poco prácticas, Nerva ha apostado por una arquitectura funcional.

El suelo plano facilita la comodidad en el día a día, tanto para el conductor como para el transporte ocasional de objetos. A nivel estético, los acabados son minimalistas pero cuidados, con una atención especial a detalles como la integración de las luces y el panel de instrumentos.

El Spark no se limita a ser una propuesta funcional. También busca generar una conexión emocional con un tipo de usuario que valora tanto la practicidad como el estilo.

En este sentido, rescata códigos visuales de una generación de motocicletas que marcaron época, pero lo hace sin caer en la caricatura o en el pastiche.

No se trata de una réplica vintage, sino de una evolución natural que respeta el legado sin renunciar a los avances tecnológicos que exige la movilidad actual.

Otro aspecto relevante es el posicionamiento de precio. Con una horquilla estimada entre los 2.000 y los 2.500 euros, el Spark se coloca como una de las opciones más accesibles dentro del mercado de scooters eléctricos con prestaciones reales.

Esta cifra le permite competir directamente no solo con otros modelos eléctricos, sino también con scooters de gasolina convencionales, lo que amplía su alcance en un momento en que muchos usuarios aún dudan entre lo térmico y lo eléctrico.

Además, esta estrategia de precio agresivo puede beneficiarse de posibles subvenciones públicas para vehículos eléctricos, lo que mejoraría aún más su competitividad.

Nerva sigue ampliando la oferta de movilidad eléctrica sobre dos ruedas, demostrando que las marcas españolas apuestan fuerte para seguir liderando este segmento.

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