La carrera de las empresas de robotaxi está en marcha y de momento Waymo le saca una clara ventaja a Tesla.

Desde que los robotaxis llegaron a las calles de Austin, Texas, la discusión ya no se centra en lo que prometen las empresas, sino en lo que realmente viven los usuarios.
La experiencia de quienes se subieron a un Waymo o a un Tesla sin conductor revela un contraste claro entre dos visiones del futuro de la movilidad.
Los testimonios de los primeros pasajeros, más allá del marketing, colocan a Waymo por encima de Tesla en esta carrera. Quienes utilizaron los robotaxis de Waymo destacan una operación afinada y sin sobresaltos.
Sus vehículos, equipados con una sofisticada combinación de sensores lidar, radares y cámaras, ofrecen un servicio que los usuarios describen como preciso, seguro y totalmente autónomo.
El vehículo llega al punto exacto de recogida, parte sin errores y completa el trayecto sin intervención humana.
Los tiempos de espera se mantienen en torno a los siete minutos y los recorridos son suaves, incluso en el tráfico denso de la hora pico.
Uno de los momentos más valorados por los usuarios fue cuando un vehículo logró incorporarse al tráfico tras una maniobra compleja desde un estacionamiento, sin que ningún humano tuviera que intervenir.
Eso, para muchos, fue la prueba de que Waymo ya está listo para reemplazar al conductor humano.
Por el contrario, los usuarios de los robotaxis de Tesla viven una experiencia distinta. Aunque el confort del Model Y adaptado es indiscutible y los viajes suelen ser agradables, el sistema aún requiere la vigilancia activa de un monitor humano.
Varios pasajeros relataron situaciones en las que el coche no supo cómo reaccionar: quedó detenido al salir de un estacionamiento, intentó meterse en una calle con señal de “prohibido el paso” y, en otro caso, quiso salirse de la zona permitida cuando se cambió el destino.
En todas esas ocasiones, fue necesaria la intervención humana para corregir el rumbo o reiniciar el sistema.
Es cierto que Tesla ha dotado a sus robotaxis de elementos de diseño interesantes. Los pasajeros pueden ver la ruta proyectada en pantallas, conectar sus teléfonos y viajar con comodidad.
Sin embargo, todos estos detalles pierden valor cuando el coche no puede operar con total autonomía. Varios usuarios coincidieron en que el sistema parece más una beta que una versión definitiva.
Aunque el vehículo mantiene velocidades seguras y respeta las normas de tránsito, las fallas de navegación generan desconfianza.
De hecho, los tiempos de espera para ser recogido también resultaron más impredecibles, llegando incluso a los 30 minutos en algunos casos.
Lo más llamativo es que el mismo tipo de trayecto puede tener resultados muy distintos según el robotaxi que se utilice.
Mientras Waymo evita las autopistas, pero se comporta con firmeza en calles urbanas, Tesla aún no logra que su software actúe sin errores básicos.
Y esto sucede pese a que Tesla presume de tener uno de los sistemas más avanzados de visión por cámaras del mundo.
Algunos usuarios se preguntan si Tesla está intentando escalar demasiado rápido con un hardware que todavía necesita ajustes.
La diferencia en el enfoque es evidente: mientras Waymo lanzó un servicio plenamente funcional y ahora busca reducir costos, Tesla intenta optimizar su sistema mientras lo pone a prueba con usuarios reales, aunque con supervisión.
Eso hace que los viajes en Tesla aún estén limitados a invitados, mientras que los de Waymo ya están abiertos al público a través de Uber.
Los testimonios que se acumulan en redes sociales y foros especializados coinciden en una cosa: la autonomía real no es solo que el coche se mueva solo, sino que lo haga sin que alguien tenga que estar vigilando detrás del volante o con un dedo sobre el botón de emergencia.
En ese punto, Waymo parece haber cruzado una línea que Tesla todavía observa desde lejos.
En la batalla de los robotaxi, la mayoría de los usuarios no duda: Waymo ya está en el futuro, Tesla sigue en fase de aprendizaje.
Esa diferencia no es menor, porque en un servicio donde la confianza lo es todo, bastan dos o tres errores para que un pasajero decida no volver a subirse.
Puede que Tesla tenga potencial, pero de momento, Waymo tiene la confianza de quienes realmente lo han probado. Y eso, al final del día, vale más que cualquier promesa tecnológica.