Un jurado ha condenado al fabricante estadounidense por la implicación de su autopilot en un accidente que le costo la vida a una persona.

La justicia federal de Estados Unidos ha dictaminado que Tesla debe pagar indemnizaciones por un total de 242 millones de dólares como consecuencia de un accidente mortal ocurrido en abril de 2019.
Un jurado civil de Miami declaró a la firma estadounidense parcialmente responsable luego de un largo proceso judicial, y a día de hoy la compañía ha anunciado que recurrirá la sentencia alegando “graves errores e irregularidades jurídicas” durante el juicio.
El origen del accidente está en el choque entre un Tesla Model S equipado con el sistema “Autopilot” y un SUV Chevrolet Tahoe en el que viajaban Naibel Benavides León y su pareja, el 25 de abril de 2019 en una carretera de Key Largo.
Según la demanda presentada en abril de 2021 por los familiares, el Tesla embistió al Tahoe a gran velocidad luego de no detectarlo.
La joven de 22 años fue lanzada varios metros y falleció; el acompañante resultó gravemente herido, aunque sin fallecer.
De acuerdo con informes, el “Autopilot” no activó ninguna respuesta de emergencia y el vehículo no redujo velocidad ni aplicó frenos automáticamente.
Desde la perspectiva de la familia, el fallo judicial es una victoria contundente. “Se ha hecho justicia”, declaró Darren Jeffrey Rousso, abogado de los demandantes, tras conocer el veredicto.
El jurado consideró las múltiples pruebas presentadas y evaluó que, aunque el conductor tuvo responsabilidad, por exceso de velocidad, distracción tratando de recuperar su teléfono y desactivación manual del sistema.
Pero el jurado determino que también hubo defectos en el sistema de asistencia que contribuyeron significativamente al desenlace fatal.
Tesla, por su parte, rechaza categóricamente esta valoración. La compañía sostiene que el accidente habría ocurrido cualquiera sea el sistema empleado.
En un comunicado a la AFP y medios especializados, Tesla argumentó que el conductor reconoció desde el primer momento su culpa, circulaba con pie en el acelerador y el Autopilot se desactivó automáticamente al exceder la velocidad máxima.
Agregaron que ninguna tecnología disponible en 2019, ni en la actualidad, habría evitado el choque.
Consideran que acusar al sistema de conducción asistida es “una ficción creada por los abogados de los demandantes”. Aun así, la empresa anunció que recurrirá el fallo por “errores e irregularidades jurídicas”, reclamando que se revierta la condena.
Este caso abre nuevamente el debate sobre el papel de las tecnologías autónomas en la seguridad vial. ¿Es sensato confiar en sistemas como Autopilot cuando su dependencia del conductor es fundamental?.
Algunos expertos aseguran que los sistemas evolucionan constantemente, pero otros advierten sobre su fragilidad: incluso pequeñas distracciones o exceso de velocidad pueden desactivar funcionalidades críticas.
Los detractores denuncian que Tesla comercializa estas herramientas sin suficientes salvaguardas automáticas, lo cual mina la fiabilidad del sistema.
La indemnización alcanzada, una de las más altas en EE. UU. en litigios relacionados con vehículos eléctricos, podría marcar un precedente legal.
El veredicto de culpabilidad podría afectar a la imagen de la conducción autónoma y trastocar el avance comercial de sistemas de conducción asistida. Además el fallo del jurado podría crear jurisprudencia.
Si los sistemas no actúan como deberían, si los coches no detectan obstáculos o si el diseño no impide al conductor desactivar funciones vitales con tanta facilidad, entonces la responsabilidad del fabricante se vuelve más difícil de esquivar.
Las aseguradoras y reguladores podrían exigir estándares más estrictos en diseño y monitoreo continuo de estos sistemas.
Por otro lado, la defensa de Tesla recalca la importancia de la responsabilidad individual del conductor.
Desde el inicio reconocieron que hubo negligencia humana: el conductor admitió que estaba intentando alcanzar su teléfono cuando ocurrió el choque.
Sin embargo, el jurado estimó que también entraron en juego “fallos del sistema” con su participación parcial en el accidente.
Este veredicto resulta especialmente polémico porque llega en un momento donde tecnologías de conducción autónoma aún están en fase de desarrollo.
Tesla defienden que cada accidente con su tecnología es aislado y que, en general, el Autopilot ha salvado numerosas vidas.
En contraste, activistas de seguridad vial apuntan que los juicios por accidentes reales ponen de relieve limitaciones no resueltas.









