La carrera por liderar el mercado de los coches eléctricos en España se ha convertido en una competición digna de una final de campeonato.

Con cifras que se ajustan cada mes, un número creciente de marcas entra en la pelea con fuerza. La pregunta que se hacen todos es: ¿quién acabará en lo más alto al cerrar 2025?.
Tesla, la marca que durante años ha liderado con comodidad el segmento eléctrico, aún mantiene la primera posición con 9.324 unidades matriculadas.
Pero esa hegemonía ya no es tan sólida como parecía. El empuje de BYD, la marca china que ya acumula 7. 984 unidades matriculaciones en lo que va de año, ha puesto contra las cuerdas al gigante californiano.
El margen entre ambas, se estrecha peligrosamente y todo indica que la segunda mitad del año podría darnos un cambio histórico en el liderazgo.
El crecimiento de BYD es constante en este año 2025. Mientras Tesla da síntomas de desgaste, con una caída de matriculaciones en varios meses clave del año.
El fabricante chino crece en ventas y visibilidad. Su estrategia está funcionando: varios modelos competitivos en precio, diseño atractivo y una ofensiva comercial bien estructurada.
Pero no todo gira en torno a estos dos gigantes. KIA ha irrumpido con una fuerza inesperada, colocándose en tercer lugar con 4.364 matriculaciones de coches eléctricos en España.
La marca surcoreana ha sabido leer el mercado: ofrece modelos accesibles, tecnología fiable y un diseño cada vez más apreciado por los compradores.
La hermana de Kia, Hyundai, no se queda atrás. Aunque con cifras algo menores, 3.095 unidades matriculadas, su avance es sostenido y sólido.
Entre tanto competidor asiático, Renault se mantiene como el gran bastión europeo. Con 4.052 coches eléctricos matriculados en lo que va de año, la marca francesa es la primera del continente en este ránking y la única que planta cara a la ofensiva asiática desde Europa.
Su apuesta por el Renault 5 E-Tech, un modelo que combina nostalgia con modernidad, ha resultado un acierto rotundo. El coche no solo gusta: convence. Y ese es un detalle crucial en un mercado tan competitivo.
El panorama de las marcas premium también merece mención. Mercedes y BMW han logrado posicionarse con firmeza en un territorio donde hasta hace poco eran meros observadores.
BMW roza las 3.000 unidades, mientras Mercedes se acerca con 2. 920. Para marcas acostumbradas al clasicismo del motor de combustión, hacerse un hueco en un sector más tecnológico no era tarea fácil.
Pero su estrategia empieza a dar frutos. Ambos fabricantes están demostrando que todas las marcas pueden dar el paso a la nueva movilidad.
Por otro lado, el caso de Volkswagen en España resulta tan extraño como revelador. En Europa, es líder indiscutible en ventas de eléctricos.
Sin embargo, en el mercado español, apenas supera las 1. 800 matriculaciones. Una cifra decepcionante para una marca con tanto peso.
Las razones pueden ser muchas: desde una oferta poco adaptada al consumidor español hasta una estrategia comercial poco eficaz en nuestro territorio.
Lo cierto es que su posición actual está muy lejos de lo esperado, y será difícil que recupere el terreno perdido antes de fin de año.
Toyota representa uno de los fenómenos más curiosos de esta batalla. Con tan solo un modelo eléctrico puro, ha logrado colarse entre las diez marcas más vendidas.
Acumula 2.436 unidades matriculadas de su bZ4x y demuestra que, con una oferta ajustada pero eficaz, es posible competir contra gigantes del sector.
Es un verdadero milagro comercial, considerando que su enfoque principal sigue siendo el de los híbridos no enchufables.
Con Mini, Citroën, Peugeot, Cupra, Opel y Dacia completando la lista, el tablero de juego en España se ha vuelto más dinámico que nunca.
Cada marca tiene su estrategia, su público y su apuesta tecnológica. Algunas juegan con precios bajos, otras con diseño, otras con imagen de marca. Y todas tienen algo en común: quieren ganar.
Lo que está en juego no es solo un título simbólico. Ser la marca más vendida en eléctricos en un país como España significa tener influencia, consolidar imagen, ganar la confianza del consumidor y abrir la puerta a un futuro dominado por la movilidad sostenible.
El liderazgo de Tesla está en jaque. BYD huele la sangre y va a por todas. KIA quiere más y lo está logrando.
Renault defiende el honor europeo. Y los premium, como BMW y Mercedes, ya no solo están para lucir, sino también para competir. Volkswagen, en cambio, tendrá que rehacerse si quiere volver a ser relevante.
La pregunta no es quién lidera hoy, sino quién será el rey cuando termine el año. La carrera está viva. La rivalidad está servida.
Y los próximos meses prometen emociones fuertes. Este 2025 será recordado como el año en que el coche eléctrico dejó de ser una opción para convertirse en una auténtica batalla por la corona.
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