Se ha presentado el ID. Cross, el coche eléctrico con el que Volkswagen quiere dominar el mercado europeo.

Volkswagen se adentra en la nueva etapa de su estrategia de electrificación con una propuesta que promete democratizar el acceso a la movilidad eléctrica sin perder de vista el diseño, la funcionalidad y la producción local.
Hablamos del ID. Cross Concept, un SUV compacto 100% eléctrico que anticipa la versión de calle que llegará a los concesionarios en verano de 2026 y que se fabricará en la planta de Landaben (Navarra).
Un modelo que no solo destaca por su diseño sobrio y práctico, sino también por romper con una de las tendencias más criticadas de los últimos años: la sobrecarga de pantallas táctiles.
El ID. Cross Concept ha sido presentado pocos días después de que Volkswagen desvelara el ID. Polo, el utilitario eléctrico de precio accesible con el que comparte arquitectura, componentes y línea de ensamblaje.
Ambos modelos se basan en la plataforma modular MEB+ y se posicionan como las apuestas más asequibles del gigante alemán en el segmento de los eléctricos compactos.
Este SUV eléctrico ocupa el hueco que hoy representa el T-Cross de combustión. Mide 4,16 metros de largo, 1,84 metros de ancho y 1,59 metros de alto, con una distancia entre ejes de 2,60 metros.
Es decir, dimensiones muy contenidas, pero aprovechadas al máximo gracias a la arquitectura específica para eléctricos.
Esto permite una habitabilidad sorprendente y un volumen de carga que combina un maletero principal de 450 litros con soluciones adicionales como un compartimento bajo los asientos traseros de 38 litros y un pequeño frunk de 25 litros destinado a los cables de carga.
En el diseño exterior, Volkswagen ha apostado por una línea limpia y atemporal, englobada en su nueva filosofía “Pure Positive”.
El prototipo muestra una carrocería pintada en verde “Urban Jungle” con el característico techo flotante y una serie de elementos que hacen referencia a otros modelos emblemáticos de la marca.
Uno de los aspectos que más ha llamado la atención en esta presentación ha sido el interior.
Lejos de continuar con la tendencia de superficies completamente digitales, Volkswagen ha escuchado las críticas de sus clientes y ha recuperado los botones físicos.
El ID. Cross Concept prescinde de los controles hápticos en el volante y en la consola central, optando por mandos tradicionales para el climatizador y otras funciones esenciales.
Esta vuelta a lo clásico no significa renunciar a la tecnología: el cuadro de instrumentos es una pantalla de 11 pulgadas sin visera, mientras que el sistema multimedia se gestiona desde una pantalla de 13 pulgadas en formato horizontal.
Ambos paneles están bien integrados en un salpicadero donde también encontramos un cargador inalámbrico doble, un mando giratorio multifunción y hasta detalles como hojas de eucalipto tras paneles translúcidos.
La tapicería, fabricada con hilo bouclé, aporta una textura muy suave al tacto, remitiendo al estilo de la alta costura parisina.
El habitáculo, que puede acoger cómodamente a cinco ocupantes, también permite transformar los asientos en una superficie plana para descansar o transportar objetos largos.
Aunque algunos de estos elementos podrían no llegar a la versión final, dan una idea clara del enfoque práctico del modelo.
En el plano técnico, el ID. Cross utilizará un solo motor eléctrico montado en el eje delantero, con una potencia estimada de 155 kW (unos 211 CV) y una velocidad máxima limitada a 175 km/h.
La batería, aunque aún no confirmada oficialmente, se estima en unos 55 kWh de capacidad en la versión más capaz, ofreciendo hasta 420 km de autonomía bajo el ciclo WLTP.
Volkswagen ha dejado abierta la posibilidad de incluir una variante más básica, equipada con celdas LFP (litio-ferrofosfato), que ofrecería unos 300 km de autonomía y un precio de acceso más competitivo.
Otro de los puntos fuertes del ID. Cross es su capacidad para remolcar. Se ha confirmado que podrá arrastrar hasta 1.200 kg y que el enganche trasero tendrá una capacidad de carga vertical de 75 kg, lo suficiente como para transportar un portabicicletas con dos eléctricas.
La toma de carga, ubicada en la parte delantera derecha, será compatible con carga rápida en corriente continua, aunque los tiempos definitivos aún no han sido anunciados.
En cualquier caso, se espera que esté por debajo de los 30 minutos para pasar del 10% al 80%.
En materia de asistencia a la conducción, se espera que el ID. Cross herede todos los sistemas disponibles en el ID. Polo.
Desde el Travel Assist, que combina control de crucero adaptativo y centrado de carril, hasta una cámara de visión 360 grados o reconocimiento de semáforos.
Todo esto con una arquitectura de software que promete mejoras continuas y una experiencia de usuario optimizada.
Volkswagen tiene claro que para competir en este segmento no solo basta con ofrecer un buen producto, también debe ser competitivo en precio.
Por ello, el objetivo declarado es que el ID. Cross esté disponible por menos de 30.000 euros en su versión de entrada.
Con ello, se situará como uno de los SUV eléctricos más accesibles del mercado europeo, rivalizando directamente con modelos como el Renault 4 E-Tech o el futuro Toyota Urban Cruiser eléctrico.
La fabricación del ID. Cross no solo representa un paso importante para Volkswagen, sino también una excelente noticia para la industria automovilística española.
El modelo se ensamblará en la planta de Landaben, en Navarra, una factoría clave dentro del grupo que ya produce otros modelos como el T-Cross o el Taigo.
Con la llegada del ID. Cross y del Skoda Epiq, la instalación se consolidará como un centro estratégico para la nueva gama de eléctricos del grupo en Europa, generando empleo y reafirmando el papel de España como uno de los polos industriales más importantes en el tránsito hacia la movilidad eléctrica.
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