Las ventas de SEAT se hunden mientras que las de Cupra crecen gracias a su apuesta por el coche eléctrico

El nuevo CEO prioriza la innovación y el futuro de Cupra, mientras relega a SEAT al motor de combustión.

Las cifras del primer semestre de 2025 no dejan lugar a dudas: mientras SEAT se hunde con una caída del 21% en sus ventas, Cupra avanza a paso firme con un crecimiento del 33% impulsado, en gran parte, por su ofensiva eléctrica.

En números concretos, SEAT ha vendido 135.000 vehículos en lo que va de año, mientras que Cupra ha alcanzado las 167.000 unidades, consolidándose como una de las marcas más dinámicas del Grupo Volkswagen en el sur de Europa.

Pero lo que más llama la atención no son solo los datos, sino la estrategia que se esconde detrás de estas dos trayectorias tan opuestas.

Markus Haupt, recién nombrado consejero delegado de SEAT y Cupra, ha sido contundente: por ahora, no habrá un coche eléctrico bajo la marca SEAT.

La razón, según el directivo, es puramente económica. SEAT no tiene hoy la rentabilidad necesaria para embarcarse en el desarrollo de un vehículo eléctrico sobre una plataforma costosa como la MEB del Grupo Volkswagen.

Esa fue precisamente la razón por la que el Born, inicialmente concebido como un modelo de SEAT, acabó comercializándose como Cupra. La rentabilidad manda, y Haupt no está dispuesto a comprometerla.

Su postura contrasta radicalmente con la que mantiene respecto a Cupra. Allí, la electrificación no solo es una prioridad, sino un camino ya en marcha.

El Cupra Raval, un utilitario eléctrico con un marcado carácter deportivo, llegará al mercado en 2026. Será el primer modelo de la nueva generación construido sobre la plataforma MEB+ y apunta a convertirse en la puerta de entrada al universo eléctrico de la marca.

Este modelo de acceso acompaña al mencionado Born y al Cupra Tavascan, un SUV coupé 100% eléctrico que ya forma parte del catálogo actual y que ha reforzado notablemente la identidad de Cupra como firma comprometida con la movilidad cero emisiones.

Este doble enfoque, prudente con SEAT y ambicioso con Cupra, ha sido articulado con claridad por Haupt en una entrevista durante el pasado Salón de Múnich.

“Electrificación, sí, pero con rentabilidad y calendarios realistas”, dijo. Su visión se apoya en una lógica empresarial implacable: SEAT no puede permitirse, por ahora, competir en el terreno eléctrico sin poner en riesgo su viabilidad económica.

Cupra, en cambio, ha conseguido posicionarse como una marca aspiracional con margen suficiente para absorber los costes de la electrificación sin comprometer sus cuentas.

El resultado de estas decisiones estratégicas ya se refleja en las ventas. Mientras SEAT se estanca, atrapada en una gama basada en motores de combustión que, aunque renovados, comienzan a perder atractivo en un mercado cada vez más regulado, Cupra se beneficia del tirón de sus eléctricos.

Tanto el Born como el Tavascan han logrado atraer a un nuevo perfil de cliente que busca diseño, prestaciones y sostenibilidad, sin importar que el precio sea algo más elevado. Esa es la clave de su éxito: el valor percibido.

Sin embargo, Haupt no descarta un futuro eléctrico para SEAT. Simplemente no es el momento. El CEO insiste en que “llegará el día” en que un SEAT eléctrico tenga sentido económico.

Pero ese día no será antes de 2029, como mínimo. Hasta entonces, la marca apostará por motores térmicos e híbridos, como demuestra la inminente renovación del Ibiza y el Arona, que incorporarán versiones microhíbridas a partir de 2027.

La marca insiste en que su identidad no está en juego. El propio Haupt ha afirmado que “tenemos dos bebés y no podemos decir que uno sea mejor que el otro”.

Una declaración diplomática, sin duda, pero que no oculta el hecho de que el reparto de roles es asimétrico. Cupra lidera la innovación. SEAT mantiene la base.

Un ejemplo claro es el enfoque hacia el Ibiza, uno de los modelos más emblemáticos de la marca. Aunque no se ha confirmado un Ibiza eléctrico, el vicepresidente de marketing de SEAT, Sven Schuwirth, ha dejado la puerta abierta: “Ibiza seguirá con vida independientemente de la tecnología”.

El nombre es un activo en sí mismo, y probablemente se reutilice cuando llegue el momento del primer SEAT eléctrico.

En cualquier caso, ese futuro no está próximo. SEAT ha admitido que su primer modelo 100% eléctrico no llegará antes de la próxima década.

La marca necesita tiempo para adaptar su estructura industrial y para que los costes de la tecnología eléctrica bajen lo suficiente como para encajar en su modelo de negocio.

Mientras tanto, Martorell seguirá siendo el centro neurálgico del grupo en España, y buena parte de la inversión anunciada, 10.000 millones de euros, se destinará a modernizar sus instalaciones, preparándolas para cuando llegue el momento del cambio.

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