Con 1.796.688 eléctricos matriculados en los primeros nueve meses del año, Europa confirma su cambio hacia la nueva movilidad.

Europa encara la recta final del año con un mercado eléctrico que no solo crece en volumen, sino también en peso dentro del conjunto de matriculaciones.
En el acumulado de enero a septiembre, las matriculaciones de coches eléctricos suman 1.796.688 unidades, un cifra que reafirma el cambio claro en cuanto a movilidad.
El país que encabeza las ventas de coches eléctricos en Europa es Alemania, con 382.202 coches eléctricos matriculados en los primeros nueve meses del año.
El gigante europeo en la fabricación de coches demuestra que su apuesta por la electrificación es mucho más que un ajuste regulatorio: es una cuestión de supervivencia para un sector que representa buena parte de su economía.
Alemania no solo matricula más que nadie, también empuja a toda su cadena de valor hacia un horizonte donde la tecnología eléctrica será dominante.
Su liderazgo es, por tanto, doble: de volumen y de industria. Y eso explica por qué mantiene la primera posición con la misma autoridad que un campeón que corre en casa, con la grada a su favor.
En segunda posición se sitúa Reino Unido, que acumula 349.414 matriculaciones y se aferra a una estrategia energética que considera al vehículo eléctrico una herramienta clave para reducir su dependencia del exterior.
La isla, históricamente expuesta a la volatilidad energética por su limitada producción doméstica, lleva años reforzando su transición tecnológica como un asunto de Estado.
El coche eléctrico se enmarca así en una visión más amplia de seguridad energética y eficiencia, lo que explica la solidez de su desempeño en esta carrera europea, incluso en un contexto de cierta turbulencia política y económica.
El tercer puesto es para Francia, con 216.310 unidades, un país dividido políticamente en dos ideologías, pero que el alto precio del combustible hace que los franceses apuesten claramente por el ahorro del coche eléctrico.
Es un país donde el coche se entiende como parte de una estrategia industrial, no solo como un producto comercial, las marcas francesas ven en el coche eléctrico una oportunidad después de perder cierto prestigio con sus motores de combustión.
Estos tres países entran dentro de la lógica por su volumen de población, pero en los siguientes puestos aparecen otras factores como el económico y el ideológico.
Los países del norte de Europa son los que más apuestan por una transición en movilidad y en conseguir una independencia energética.
Bélgica sorprende con 108.221 matriculaciones, un volumen inusualmente alto para su tamaño, demostrando que la mentalidad es fundamental en el cambio hacia la nueva movilidad.
Justo detrás aparece Noruega, con 107.606 unidades, con una cuota de mercado 94% es el país número 1 del mundo. Allí el coche de combustión tiende a desaparecer.
Los Países Bajos, con 93.768 matriculaciones, siguen mostrando una coherencia ejemplar entre planificación urbana, fiscalidad y movilidad.
Es un país donde el coche eléctrico encaja en una visión global del transporte basada en la racionalidad energética y la eficiencia.
Algo similar ocurre con Dinamarca, que suma 88.452 unidades y una cuota del 66%, cifra que revela hasta qué punto su sociedad ha asumido la sostenibilidad como parte de su identidad económica.
En la carrera europea, Dinamarca corre con la ligereza de quien lleva años preparándose para este futuro, con un marco político sólido y un consenso muy profundo en torno a la transición energética.
En la octava posición entra Suecia, con 72.230 matriculaciones, un país que combina un alto poder adquisitivo con una cultura tecnológica muy marcada.
Y es justo después cuando aparece España, que ocupa la novena posición con 72.062 coches eléctricos entre enero y septiembre.
Es un resultado que tiene dos lecturas. La primera, positiva: España se sitúa en el top 10 europeo y lo hace prácticamente empatada con Suecia, un país históricamente más avanzado en electrificación.
La segunda, más crítica: su cuota del 11,9% en septiembre sigue muy por debajo de la media europea del 21%, una diferencia que poco a poco se va recortando.
España está empezando a ganar velocidad. La llegada de nuevas marcas, especialmente chinas, la creciente presión del canal corporativo y la mejora en la disponibilidad de modelos más asequibles están reduciendo la distancia respecto a la media europea.
Cierra el top 10 Italia, con 61.055 matriculaciones, un país que vive una electrificación especialmente moderada, condicionada por un mercado que sigue muy ligado a los motores térmicos y por una estructura industrial que afronta la transición con más dudas que certezas.
Lo que está claro que el peso de las ventas de coches eléctricos en Europa es ya muy importante. Las marcas tendrán que presentar modelos interesantes para conseguir que los europeos apuestan por sus coches eléctricos.
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Fuente de datos: Acea y elaboración Electric Nick









