1 de cada 5 autobuses matriculados en Europa en 2025 es eléctrico: récord histórico

Los autobuses eléctricos conquistan el espacio que antes dominaba el diésel, marcando el inicio de una nueva era en la movilidad urbana.

Durante los primeros seis meses de 2025, el mercado europeo de autobuses y autocares ha experimentado una transformación significativa, marcada por el crecimiento de las matriculaciones de vehículos de cero emisiones, especialmente los eléctricos de batería.

Este giro no solo responde a las exigencias regulatorias y climáticas de la Unión Europea, sino también a una apuesta decidida de gobiernos locales, fabricantes y operadores por una movilidad más limpia y eficiente en el entorno urbano.

En total, se vendieron aproximadamente 19.000 autobuses en Europa entre enero y junio de 2025, de los cuales 4.100 fueron de cero emisiones.

Esto representa un 22 % del total de matriculaciones, una cifra considerablemente superior al 16 % registrado en el mismo periodo de 2024.

Este crecimiento marca una aceleración evidente en la electrificación del transporte público, con una adopción cada vez más extendida, especialmente en las grandes ciudades europeas.

El caso de los autobuses urbanos eléctricos es especialmente destacable. En el segundo trimestre del año, estos vehículos representaron el 60 % de todas las matriculaciones de autobuses urbanos, alcanzando un nuevo récord en el continente.

Esto refleja no solo un cambio tecnológico, sino una transformación estructural en los sistemas de transporte público de muchas ciudades que buscan reducir emisiones contaminantes y mejorar la calidad del aire.

Las ventas de minibuses eléctricos, aquellos con un peso entre 3,5 y 7,5 toneladas, también han tenido un desempeño notable, con una cuota de mercado del 13 %.

En cambio, los autobuses interurbanos y autocares eléctricos continúan teniendo una participación mucho más baja, con apenas un 3 % del total.

En este segmento, los avances han sido más lentos, en parte debido a los mayores requisitos de autonomía y rendimiento para cubrir distancias más largas.

El principal impulso en este segmento más rezagado provino del modelo Crossway de Iveco, un autobús interurbano eléctrico del que se vendieron 190 unidades en los primeros seis meses del año.

Aunque la cifra es modesta, representa un paso adelante para un segmento que hasta ahora había mostrado una escasa penetración de tecnologías limpias.

Por países, las diferencias son profundas y reflejan distintos niveles de compromiso, inversión y preparación.

Bélgica ha sido una de las grandes sorpresas, multiplicando su cuota de mercado de autobuses de cero emisiones del 17 % en 2024 al 62 % en 2025.

Suecia, que en el primer semestre del año pasado apenas alcanzaba el 3 %, ha registrado un salto al 50 % en el mismo periodo de este año, situándose entre los países más comprometidos con la electrificación del transporte público.

Otros mercados también muestran una evolución significativa. Países como los Países Bajos, Dinamarca, Lituania, Rumanía, Luxemburgo e Irlanda han superado el 50 % de cuota en las ventas de autobuses urbanos de cero emisiones.

En estos territorios, el avance se ha consolidado de manera rápida, con políticas públicas agresivas y una infraestructura que permite integrar de manera eficiente estos vehículos en las redes de transporte existentes.

En el otro extremo, algunos países siguen mostrando una adopción lenta. España, por ejemplo, apenas ha pasado de un 4,9 % en 2024 a un 5 % en 2025, una variación casi imperceptible.

Francia también ha retrocedido ligeramente en cuota, situándose en el 11,6 %. Estos datos reflejan barreras estructurales, posiblemente relacionadas con la financiación, la planificación urbana o la falta de incentivos claros.

La evolución también varía según el tipo de vehículo. Mientras que los autobuses urbanos concentran el grueso de la electrificación, en parte por sus recorridos predecibles y su facilidad para establecer infraestructuras de recarga, los minibuses comienzan a mostrar un crecimiento estable, y los autocares todavía representan una frontera por conquistar.

Detrás de estos números hay decisiones estratégicas de los principales fabricantes. Empresas como Yutong, MAN, Daimler y BYD están consolidando su presencia en el mercado europeo, ajustando sus gamas y capacidades técnicas para adaptarse a las exigencias locales.

Estos fabricantes están liderando la carrera tecnológica, proponiendo soluciones cada vez más competitivas en precio, autonomía y fiabilidad.

Otros actores, como Iveco, han mostrado una apuesta más focalizada, mientras que Solaris sigue siendo un referente sólido, especialmente en mercados del centro y norte de Europa.

El crecimiento de las matriculaciones de autobuses eléctricos en Europa no es solo un fenómeno comercial, sino una expresión clara de un cambio de era en la movilidad.

El transporte público está dejando atrás de forma progresiva el diésel como fuente energética predominante, y con ello, se está redefiniendo el modelo de ciudad.

La mejora en la calidad del aire, la reducción de ruido urbano y la eficiencia energética son algunos de los beneficios directos que ya comienzan a notarse en aquellas ciudades que lideran esta transición.

A pesar del progreso, el ritmo desigual entre países plantea desafíos. La Unión Europea deberá encontrar fórmulas para garantizar una transición equitativa que no deje atrás a los estados miembros con menos capacidad de inversión.

También será clave reforzar las infraestructuras de recarga y ofrecer garantías a los operadores para que puedan renovar sus flotas sin poner en riesgo su viabilidad económica.

En este contexto, 2025 se perfila como un año crucial. Con cifras que ya superan ampliamente las de 2024, y una tendencia que apunta a un crecimiento continuo, Europa avanza a pasos firmes hacia un modelo de transporte más limpio, eficiente y sostenible.

La electrificación de los autobuses no solo es un objetivo ambiental, sino también una herramienta clave para construir una movilidad más justa y resiliente frente a los retos del futuro.

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