A partir del 15 de Junio los coches con etiqueta B no podrán entrar en Bilbao

Solo podrán acceder a la zona de bajas emisiones de Bilbao los coches con etiqueta C, ECO o CERO.

A partir del próximo 15 de junio, Bilbao no solo aplicará con rigor su Zona de Bajas Emisiones (ZBE): directamente dejará fuera a una parte importante del parque automovilístico.

Los coches con la etiqueta ambiental B de la DGT (diésel matriculados entre 2006 y 2014 y gasolina de entre 2000 y 2005), quedarán vetados en el centro urbano, salvo excepciones muy concretas.

Esta decisión, que lleva gestándose un año, marca un antes y un después en la política de movilidad de la capital vizcaína.

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La normativa se aplicará de lunes a viernes, en horario laboral, de 7:00 a 20:00 horas. En ese tramo horario, los vehículos con distintivo B compartirán la prohibición con los aún más contaminantes A, que ni siquiera tienen etiqueta.

Solo podrán entrar los clasificados como 0, Eco y C. Y aunque parezca una medida drástica, el Ayuntamiento insiste: no hay vuelta atrás.

No se trata de una ocurrencia aislada. La ZBE de Bilbao se enmarca en las exigencias de la Unión Europea, que obliga a ciudades de más de 50.000 habitantes a implementar medidas para reducir las emisiones de tráfico.

El objetivo no es menor: alcanzar los compromisos medioambientales para 2030. El problema, como suele ocurrir, es el coste que esto tendrá para muchos ciudadanos que, en plena inflación, ven cómo se les obliga a cambiar de coche.

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Las cámaras ya están funcionando desde hace meses. El control se realiza mediante lectores de matrículas, lo que hace innecesario llevar físicamente el distintivo ambiental en el parabrisas.

El sistema sancionará automáticamente a quienes accedan sin permiso, con multas que podrían llegar a los 200 euros. El Ayuntamiento, consciente del impacto, ha anunciado que distribuirá 150.000 folletos informativos entre la población para recordar cómo funciona esta zona restringida.

Hay excepciones, claro. Los residentes empadronados en la ZBE antes del 15 de junio de 2024 podrán seguir accediendo con sus vehículos, incluso si son B o A.

También quedan exentos los coches que transporten personas con movilidad reducida, los vehículos históricos, los ciclomotores de menos de 50 cc con velocidad máxima de 45 km/h, y por supuesto, los servicios de emergencia y esenciales.

También podrán entrar los coches propiedad de empresas a nombre de residentes, así como vehículos en renting, leasing, usufructo o alquiler.

Un punto que ha despertado polémica es la gestión de las invitaciones. Cada residente podrá autorizar el acceso de hasta seis vehículos de personas externas, con solo registrar sus matrículas, incluso con efecto retroactivo hasta dos días después de la entrada.

Para los mayores de 70 años, el cupo se amplía hasta 16 invitaciones. Esta medida, pensada para facilitar la vida social y familiar, también se ha interpretado por algunos como un coladero para burlar la norma.

Otro matiz importante: si el coche A o B debe atravesar la ZBE únicamente para llegar a un garaje situado fuera de la zona restringida, el paso estará permitido.

Además, quienes estén en proceso de adquirir un vehículo compatible con la ZBE podrán circular provisionalmente hasta que reciban el nuevo coche. En teoría, estas excepciones suavizan el golpe, pero también generan confusión. ¿Quién controla si de verdad alguien está esperando un coche nuevo?. ¿Cómo se demuestra?.

En cuanto a los comercios y la hostelería, sectores que tradicionalmente dependen de la movilidad para su supervivencia, podrán también invitar a clientes o proveedores mediante las matrículas.

Sin embargo, algunos representantes ya han advertido del posible impacto en las ventas y en la logística de reparto. «No se trata solo de cambiar un coche, sino de cambiar todo un modelo económico», señalaba recientemente un comerciante del Casco Viejo.

La implementación ha sido progresiva. Hace justo un año se anunció la ZBE y se estableció una moratoria de doce meses para adaptarse.

Pero pocos se imaginaban que se llegaría tan pronto a este nivel de exclusión. El Ayuntamiento, por su parte, ha defendido la medida como necesaria e inevitable, y ha recordado que otras ciudades como Madrid o Barcelona ya aplican normativas similares, aunque no siempre con la misma contundencia.

Lo que hace singular a Bilbao es su geografía. No es una ciudad especialmente extensa, y muchos barrios se encuentran encajonados entre montes y rías.

Esto complica los desvíos, y obliga a muchos conductores a pasar, sí o sí, por el centro. Con la entrada en vigor de la nueva norma, esa rutina se verá trastocada para miles de vehículos.

La DGT, por su parte, ofrece en su web la posibilidad de consultar la etiqueta ambiental de cualquier coche introduciendo la matrícula.

Pero más allá de lo técnico, lo que subyace en esta medida es una transformación de fondo: una redefinición de qué coches pueden convivir con la ciudad y cuáles no. Y no todos están de acuerdo con este criterio.

En los foros y redes sociales ya se acumulan quejas, dudas y propuestas alternativas. Hay quienes piden una prórroga adicional, quienes reclaman ayudas económicas para cambiar de coche, y quienes directamente denuncian una persecución al vehículo privado.

La respuesta no es sencilla, pero lo que está claro es que el 15 de junio será un punto de inflexión para Bilbao.