El nuevo Peugeot E-208 GTi te dejará pegado al asiento con una aceleración de vértigo.

Han pasado más de cuarenta años desde que el Peugeot 205 GTi cambió para siempre la idea de lo que debía ser un coche compacto deportivo.
Desde entonces, generaciones enteras han soñado con conducir algo que combinara ligereza, potencia y rebeldía.
Y ahora, en plena transición hacia la electrificación, Peugeot se atreve a resucitar el espíritu GTi con una propuesta igual de provocadora que su antecesor: el nuevo Peugeot E-208 GTi.
El BYD Seal 06 GT llegará en 2025 y seguro que será todo un éxito de ventas.
Una reinterpretación radical en clave eléctrica que, aunque mantiene las formas, desafía todo lo que conocíamos sobre la filosofía GTi.
Este modelo, que utiliza la plataforma Perfo-eCMP de Stellantis, es primo técnico de los nuevos Abarth 600e, Alfa Romeo Junior Veloce y el próximo Lancia Ypsilon HF.
Pero aunque comparta tecnología con estos modelos, el E-208 GTi quiere desmarcarse claramente como el auténtico heredero del legado GTi.
A primera vista, el Peugeot E-208 GTi no grita lo que es. No hay alerones descomunales ni entradas de aire impostadas. Y, sin embargo, el ojo entrenado detectará enseguida que está ante algo distinto.
Ya han salido las primeras unidades del Volvo EX30 de la fábrica de Bélgica.
La carrocería ha sido rebajada 30 mm, las vías se han ensanchado (56 mm delante y 27 mm detrás), y las llantas de 18 pulgadas recuerdan directamente a las icónicas llantas “Hole” del 205 GTi.
No es casualidad: cada detalle del diseño está pensado como un guiño al pasado, pero con un lenguaje visual moderno y técnico.
Los pasos de rueda ensanchados, la línea roja que recorre el contorno de la carrocería, el spoiler delantero y un difusor trasero sobredimensionado dejan claro que esto no es simplemente un e-208 con esteroides.
Aquí hay trabajo fino de aerodinámica, pero también una intención emocional: rendir homenaje sin caer en el mimetismo.
La pintura exclusiva en rojo brillante vuelve a dejar claro el vínculo emocional con aquel 205 que conquistó las calles y los tramos de rally. No es solo color; es símbolo.
Por dentro, el E-208 GTi no se limita a poner detalles rojos y ya. El volante forrado en cuero perforado y Alcantara es compacto y deportivo, pensado para ofrecer control preciso y tacto agradable.
Los asientos, con reposacabezas integrados, abrazan al conductor sin llegar al extremo de una baquet. Los cinturones de seguridad, también rojos, y los gráficos específicos del cuadro digital refuerzan el ADN GTi.
Todo el habitáculo ha sido desarrollado por Peugeot Sport junto con el equipo de diseño de Peugeot, lo que se traduce en una experiencia de conducción centrada en el piloto.
Este GTi eléctrico monta un motor de 280 CV (207 kW) y 345 Nm, lo que le permite acelerar de 0 a 100 km/h en apenas 5,7 segundos y alcanzar una velocidad máxima limitada a 180 km/h.
Pero más allá de las cifras que ya son suficientemente elocuentes, lo verdaderamente interesante es cómo se entrega esa potencia.
El diferencial autoblocante de deslizamiento limitado, también presente en modelos como el Abarth 600e, permite mantener la motricidad cuando se pisa fuerte al salir de una curva.
Esto no es habitual en los eléctricos de tracción delantera, y deja claro que Peugeot no ha querido quedarse en lo superficial. La suspensión con topes hidráulicos y una dirección recalibrada completan un conjunto que busca transmitir sensaciones puras al conductor.
El trabajo de puesta a punto ha corrido a cargo de Peugeot Sport, que no ha dudado en volcar toda su experiencia en competición en este proyecto. Eso se nota en el carácter general del coche, mucho más radical que el resto de la gama eléctrica de la marca.
Los frenos delanteros, con discos de 355 mm y pinzas de cuatro pistones, hablan el lenguaje de los deportivos de verdad. No están ahí solo para rellenar las llantas, sino para soportar un uso intensivo en conducción deportiva.
Los neumáticos Michelin Pilot Sport Cup 2 en medida 215/40-18 no son una elección casual. Este tipo de goma tiene un rendimiento sobresaliente en seco y ofrece un agarre que puede hacer temblar a coches de categorías superiores.
El chasis, reforzado y afinado, permite aprovechar cada caballo de potencia sin que el coche se vuelva incontrolable.
Uno de los puntos más polémicos es la autonomía. El E-208 GTi monta una batería de 54 kWh brutos (51 kWh útiles), lo que le otorga 350 km de autonomía WLTP.
Esta cifra es buena, pero no espectacular, y se queda por debajo del Alpine A290, su rival directo, que alcanza los 380 km. En uso real, especialmente si se conduce de forma deportiva, es fácil ver cifras más cercanas a los 200-250 km.
Eso sí, la carga rápida compensa en parte este hándicap. El E-208 GTi admite hasta 100 kW en corriente continua, lo que permite cargar del 20 al 80 % en menos de 30 minutos.
Aquí viene la pregunta del millón. ¿Puede un coche eléctrico, silencioso y pesado, mantener el espíritu GTi? Los puristas dirán que no, que sin un motor térmico rugiendo bajo el capó, sin una caja de cambios manual, sin esa vibración mecánica tan característica, no hay verdadera alma GTi.
Pero Peugeot no pretende hacer un clon eléctrico del 205. El nuevo E-208 GTi es otra cosa. Es un compacto deportivo para una nueva generación, una que ha crecido con los coches eléctricos, que valora la eficiencia pero también quiere divertirse.
Puede que no tenga el carácter salvaje del pasado, pero tiene algo igual de valioso: la ambición de seguir emocionando.
El Peugeot E-208 GTi no es un coche para todos. Ni quiere serlo. Es una apuesta valiente en un segmento en plena transformación, una reinterpretación de las siglas GTi que podría enfadar a algunos y enamorar a otros. Pero lo que está claro es que no deja indiferente.
Con una estética cuidada, un interior trabajado al milímetro, una mecánica de alto rendimiento y una puesta a punto que habla el idioma de los verdaderos deportivos, este modelo marca un antes y un después. Puede que el rugido del motor se haya ido, pero el alma GTi, al menos en intención, sigue muy viva.