Audi necesita con urgencia un SUV eléctrico compacto y ya lo tiene

Audi ha confirmado lo que muchos esperaban: el lanzamiento de un SUV eléctrico más pequeño, el nuevo Q2 e-tron.

Este movimiento marca una ruptura definitiva con el pasado de motores de combustión en el segmento de acceso de la marca, al mismo tiempo que plantea interrogantes sobre su verdadero posicionamiento dentro de un mercado eléctrico cada vez más saturado y competitivo.

La historia comienza con el adiós definitivo al Audi A1 y al actual Q2, modelos que, a pesar de su relativa popularidad, no tendrán continuación.

La marca de los cuatro aros ha tomado la decisión de no renovar estos modelos para centrarse en una alternativa 100% eléctrica que recoja el testigo: el nuevo Q2 e-tron.

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Lo interesante es que, aunque el nombre se mantenga, el vehículo no será simplemente una evolución del Q2 actual. Será un modelo completamente distinto, con una arquitectura distinta, un planteamiento técnico nuevo y, sobre todo, una clara declaración de intenciones: en el futuro de Audi, no hay espacio para combustibles fósiles.

La presentación oficial del Q2 e-tron está prevista para 2026. En ese momento, se convertirá en el nuevo modelo de entrada a la gama eléctrica de Audi.

Esto, en teoría, debería democratizar el acceso a un coche premium cero emisiones. Sin embargo, aquí es donde el discurso empieza a tambalearse. ¿De verdad un modelo basado en una plataforma tan avanzada como la MEB+, con posibles versiones de hasta 600 km de autonomía y tracción total quattro, puede considerarse accesible?.

Las marcas tienen que combinar su posicionamiento de marca con la una relación calidad-precio que el mercado cada vez exige más. En cierto modo, porque la competencia cada vez es mayor.

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Todo apunta a que el Q2 e-tron se basará en la plataforma MEB+, una evolución de la conocida MEB del Grupo Volkswagen. Esta nueva arquitectura promete mejoras significativas, como una capacidad de carga rápida del 10 al 80% en apenas 20 minutos.

Esto se consigue a pesar de mantener una infraestructura de 400 voltios, algo que, si se confirma, posicionaría a este SUV por encima de muchas propuestas similares en términos de eficiencia y tiempos de recarga.

Otra posibilidad es que Audi opte por utilizar la plataforma MEB Revo, pensada para modelos más asequibles y de tracción delantera. Esta arquitectura debutará en breve con el CUPRA Raval y está asociada con una producción en masa más económica.

Las versiones iniciales del Q2 e-tron podrían contar con una configuración de motor único y tracción trasera, siguiendo el patrón estándar de la MEB+, aunque es muy probable que existan variantes con tracción total quattro, algo que los clientes de Audi prácticamente exigen por defecto.

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Y no sería descabellado pensar en una versión RS más adelante, especialmente si vemos cómo el Skoda Elroq, posible hermano técnico del Q2 e-tron, ya ha anunciado una versión deportiva con 340 CV.

Audi también apunta a una autonomía de hasta 600 km según el ciclo WLTP en las versiones más capaces del Q2 e-tron. Esta cifra, aunque ambiciosa, parece realista si tenemos en cuenta los avances de la plataforma MEB+ y las baterías previstas, que podrían oscilar entre los 63 kWh en las versiones más asequibles y 82 kWh en las superiores.

Si se confirman estas especificaciones, estaríamos ante uno de los SUV eléctricos compactos con mayor autonomía del mercado, lo que supondría una ventaja competitiva clara frente a modelos como el Volvo EX30, el DS 3 E-TENSE o el Alfa Romeo Junior Elettrica.

A nivel de diseño, no se han filtrado imágenes oficiales del nuevo Q2 e-tron, pero se espera que su tamaño aumente respecto al Q2 actual, que mide poco más de 4,2 metros.

Audi parece querer replicar la estrategia de Skoda, que diferencia claramente al Elroq del Enyaq con un diseño más urbano y compacto. Esta decisión de hacer crecer ligeramente al Q2 e-tron también podría tener una explicación lógica: crear espacio en la gama para un hipotético futuro A1 eléctrico o para otros modelos urbanos aún más pequeños.

Es decir, Audi no quiere abandonar el segmento de los urbanos, pero sí rediseñarlo completamente bajo los parámetros de la electrificación. No se trata solo de cambiar el tipo de propulsión, sino de cambiar por completo la filosofía de producto.

Este movimiento tiene implicaciones claras: si el Q2 e-tron es ahora el punto de partida, Audi quiere que incluso su modelo más pequeño respire sofisticación, tecnología y, por supuesto, electricidad.

Por ahora, lo único claro es que el Q2 e-tron marcará un antes y un después en la estrategia de producto de Audi. Será una declaración de intenciones en cuanto a diseño, tecnología, eficiencia y posicionamiento. Pero también será una prueba de fuego.