El mercado de las motos eléctricas sigue demostrando su capacidad para resistir contratiempos y en abril han vuelto a crecer las ventas.

A pesar de un mes de abril marcado por el parón de Semana Santa, las matriculaciones de este tipo de vehículos han superado las expectativas, consolidándose como una alternativa cada vez más firme en el sector de las dos ruedas.
Las cifras hablan por sí solas, en un contexto que podía anticipar una desaceleración del mercado, las motos eléctricas han experimentado un crecimiento notable del 40,4%, alcanzando las 1.018 unidades matriculadas en abril.
Este dato contrasta con la disminución global del mercado de vehículos ligeros eléctricos, que registró un descenso del 30,1% respecto al mismo mes del año pasado.
Los scooter eléctricos se han posicionado como el auténtico motor de este impulso. Con 685 unidades matriculadas, el incremento interanual fue del 89,2%, demostrando que la movilidad urbana en dos ruedas está encontrando en la electrificación una solución perfecta para los desafíos actuales.
Este tipo de vehículos, ligeros, ágiles y de fácil manejo, se han convertido en la opción preferida para aquellos que buscan una movilidad eficiente y sostenible en las ciudades.
En cambio, los ciclomotores eléctricos no han corrido la misma suerte. Tras un primer trimestre prometedor, el mes de abril cerró con un descenso del 25,3%, registrando solo 222 unidades.
Este contraste evidencia una tendencia clara en el mercado: el usuario que apuesta por la movilidad eléctrica en dos ruedas parece decantarse más por la versatilidad de los scooter y las motocicletas, relegando al ciclomotor a un segundo plano.
Las motocicletas eléctricas, por su parte, han demostrado un crecimiento significativo, con un aumento del 68,2%, se matricularon un total de 111 unidades en abril.
Aunque los números no son tan abultados como los de los scooter, la tendencia es clara: este segmento está empezando a consolidarse en un mercado donde tradicionalmente ha dominado la combustión. La mejora en las autonomías, las prestaciones y el acceso a planes de ayuda específicos están facilitando su adopción.
El canal de distribución también revela datos interesantes. El 62,6% de las ventas en abril se produjeron a través del canal empresarial, un dato que refleja cómo las compañías están apostando cada vez más por flotas eléctricas para sus servicios de movilidad.
Este comportamiento se alinea con las restricciones de acceso a zonas urbanas y la necesidad de reducir la huella de carbono en sus operaciones diarias.
En términos generales, el sector de las dos ruedas, tanto en su vertiente eléctrica como en la de combustión, ha mostrado signos de estabilidad.
Según datos de ANESDOR, en abril se matricularon un total de 17.677 motocicletas, un aumento del 2,2% respecto al mismo periodo del año anterior. Este crecimiento moderado, pero constante, es un reflejo de la capacidad de adaptación del mercado a las nuevas exigencias normativas y a un entorno económico desafiante.
El crecimiento de las motos eléctricas, a pesar de un contexto adverso, no solo reafirma su posición en el mercado, sino que además anticipa un cambio de paradigma en la movilidad urbana.
Con normativas cada vez más estrictas y una mayor conciencia ambiental, este tipo de vehículos parece estar llamado a liderar la transición hacia un modelo más limpio y sostenible en el transporte personal.
La pregunta ahora es clara: ¿seguirá el mercado de las motos eléctricas escalando posiciones, incluso en un contexto de mayor competencia y regulación?. Si los datos de abril son un indicador, todo apunta a que sí.