Mazda suma en enero un nuevo eléctrico a su gama: el CX-6e llega tras el lanzamiento del Mazda6e.

Del viernes 9 al domingo 18 de enero de 2026, el Salón del Automóvil de Bruselas se convertirá en el escenario elegido por Mazda para presentar oficialmente en Europa su primer SUV eléctrico: el Mazda CX-6e.
Este modelo, que ya se comercializa en China bajo el nombre EZ-60, representa el paso más ambicioso de la marca japonesa hacia la electrificación del mercado europeo.
El CX-6e no es un ejercicio de adaptación, sino una reinterpretación de un vehículo que ha causado un gran impacto en el mercado asiático desde su lanzamiento.
Fruto de la colaboración entre Mazda y el fabricante chino Changan, el SUV combina diseño, tecnología avanzada y una propuesta mecánica versátil, en línea con las exigencias del consumidor europeo, cada vez más interesado en vehículos eléctricos con una verdadera autonomía útil y equipamiento de alto nivel.
En China, el EZ-60 ha superado las expectativas iniciales. Antes incluso de anunciar sus precios oficiales, Mazda había recibido más de 38.000 reservas, un dato que refleja el interés generado por este modelo.
Esa cifra creció hasta 40.000 solicitudes en pocas semanas, confirmando que la marca había acertado tanto en concepto como en ejecución.
La fábrica de Nanjing, donde se produce el modelo, fue actualizada con una inversión de 24 millones de euros para atender la demanda, tanto nacional como internacional.
Ahora, esa misma base técnica y estética llega a Europa rebautizada como Mazda CX-6e. Un SUV 100% eléctrico (BEV) que se sumará a la berlina que ya está a la venta, el Mazda 6e.
El CX-6e está equipado con una batería de 77,94 kWh de tipo LFP (litio-ferrofosfato), asociada a un motor de 258 CV, lo que le permite alcanzar una autonomía de 600 kilómetros bajo ciclo CLTC.
Estas cifras podrían variar ligeramente en su homologación europea, pero son un indicativo claro de sus aspiraciones dentro del segmento D-SUV eléctrico, donde competirá con modelos como el Tesla Model Y o el BYD Sealion 7.
El CX-6e mide 4,85 metros de largo, 1,93 de ancho y 1,62 de alto, con una silueta que se acerca al estilo coupé. A pesar de su corte deportivo, el CX-6e ofrece espacio para cinco pasajeros y una distancia entre ejes de 2,90 metros, lo que garantiza confort en las plazas traseras incluso en trayectos largos.
Su diseño exterior rompe con la sobriedad tradicional del segmento y adopta una estética que apuesta por superficies limpias, faros delgados integrados en el contorno del frontal y un perfil estilizado gracias a un capó alargado y un volumen trasero pronunciado. Las llantas de 21 pulgadas refuerzan su presencia deportiva.
La trasera también ofrece un lenguaje visual distintivo. Los pilotos traseros, muy finos, se integran con la luneta de forma casi continua, y el portón culmina con un spoiler que forma parte del techo panorámico, diseñado para inyectar luz al habitáculo y enfatizar la sensación de amplitud interior.
En el habitáculo, Mazda ha priorizado una experiencia de conducción envolvente y tecnológica. El protagonismo lo toma una pantalla central de 26,45 pulgadas con resolución 5K, acompañada por un head-up display que, en su versión más avanzada, puede alcanzar las 100 pulgadas y mostrar información en 3D con realidad aumentada.
A esto se suma un sistema de sonido con 23 altavoces, incluyendo altavoces individuales en los reposacabezas delanteros capaces de emitir distintos sonidos de forma simultánea, proporcionando una experiencia auditiva personalizada para cada ocupante.
La filosofía de diseño interior mantiene el enfoque minimalista y funcional característico de Mazda, pero da un paso más allá en calidad percibida y equipamiento.
En cuanto a precios, el modelo chino parte desde los 119.900 yuanes, equivalentes a unos 15.500 euros al cambio, y llega hasta los 160.900 yuanes (unos 20.800 euros).
Sin embargo, Mazda estima que el CX-6e podría llegar al mercado europeo con un precio base de aproximadamente 40.000 euros, una diferencia que responde a los costes de transporte, homologación y adaptación del equipamiento a los estándares europeos.
El lanzamiento en el Salón del Automóvil de Bruselas no es casual. Se trata de una de las primeras citas importantes del calendario automovilístico del año, y Mazda quiere posicionar el CX-6e como uno de los grandes protagonistas del 2026.
El modelo, que ya ha sido visto en pruebas en carreteras europeas, es la primera piedra de una estrategia eléctrica más ambiciosa de la firma japonesa, que busca ganar relevancia en un mercado en crecimiento y cada vez mas compertido.
Con el CX-6e, Mazda no solo amplía su gama de eléctricos. También redefine su identidad en un momento clave para la industria. El presente y el futuro de las marcas pasa por crear coches eléctricos atractivos.
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