Tesla intenta resistir la caída de ventas en China ante el crecimiento de las marcas locales

En mayo de 2025, Tesla volvió a protagonizar un dato preocupante en uno de los mercados más estratégicos del mundo: China.

El fabricante estadounidense de vehículos eléctricos entregó 38.588 unidades a clientes locales, una caída interanual del 30,11 % que refuerza una tendencia ya consolidada.

La cifra, a pesar de representar una mejora del 34,31 % frente a abril, no consigue maquillar el retroceso acumulado en los primeros cinco meses del año, con una bajada del 7,82 % en ventas minoristas frente al mismo periodo de 2024.

Los números hablan solos: en cuatro de los cinco primeros meses del año, Tesla ha vendido menos que el año anterior.

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La pregunta es inevitable: ¿ha tocado techo Tesla en China?. La compañía sigue siendo un actor relevante, pero ya no domina ni genera la fascinación que alguna vez tuvo.

La irrupción de fabricantes locales como BYD, Chery o Geely ha modificado el tablero, imponiendo una nueva dinámica comercial basada en recortes de precios agresivos y lanzamientos de modelos cada vez más ambiciosos en diseño, prestaciones y tecnología.

El contexto tampoco ayuda. La “guerra de precios” que se desató en 2023, con Tesla como catalizador inicial, ha degenerado en un mercado ultra competitivo en el que sobrevivir implica sacrificar márgenes y reinventar constantemente la propuesta de valor.

Este año, las ventas minoristas de vehículos eléctricos puros crecieron un 22,42 % en China. Tesla, sin embargo, perdió cuota: pasó de tener el 6,87 % del mercado en mayo de 2024 al 3,78 % este año.

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En el segmento de los coches 100% eléctricos su participación cayó del 11,15 % al 6,36 %. Es decir, mientras el mercado crece, Tesla retrocede.

A nivel industrial, la situación no mejora mucho. Giga Shanghai, la megafábrica de Tesla en China, exportó 23.074 vehículos en mayo.

Aunque esto supuso un 32,93 % más que hace un año, es un 22,38 % menos que el mes anterior. En total, incluyendo exportaciones, Tesla vendió 61.662 unidades en mayo, un 15,03 % menos que en el mismo mes de 2024.

Este dato representa el octavo mes consecutivo de descenso interanual en las ventas al por mayor. Un patrón demasiado persistente como para atribuirlo únicamente a fluctuaciones coyunturales.

La situación de sus modelos estrella tampoco ofrece demasiado alivio. El Model Y, pieza clave en la estrategia global de Tesla, vendió 39.527 unidades en mayo incluyendo exportaciones, lo que supone una caída del 12,86 % interanual, pese a un repunte del 16,39 % frente a abril.

El Model 3, por su parte, apenas alcanzó las 22.135 unidades, un descenso del 18,66 % respecto a mayo del año pasado, y una bajada del 9,65 % en comparación con abril.

En el acumulado enero-mayo, el Model Y retrocedió un 23,59 % en ventas frente a 2024; el Model 3 cayó un 8,76 %.

¿Qué está fallando?. A nivel de producto, Tesla mantiene una gama reducida. Mientras BYD lanza versiones de sus SUV y berlinas con múltiples configuraciones, precios y opciones de autonomía, Tesla sigue apostando por un portafolio limitado.

Además, no hay señales claras de una renovación profunda de sus vehículos para el mercado chino. Los rivales han aprendido a diseñar autos más adaptados al gusto local, integrando funciones y tecnologías que Tesla no siempre incorpora al menos no sin sobrecoste.

Y luego está el asunto de los precios. A finales de mayo, Tesla reactivó su programa de referidos en China ofreciendo descuentos de hasta 8.000 RMB (unos 1.110 dólares) en pintura opcional.

La estrategia parece improvisada y da la sensación de que Tesla responde a la competencia con medidas de corto alcance, sin una visión clara a medio plazo. Las promociones están limitadas a junio, y no hay certeza de que se extiendan más allá.

A pesar de este panorama sombrío, no todo está perdido para Tesla. Sus exportaciones desde Shanghái siguen siendo sólidas y le permiten diversificar su riesgo.

En lo que va de año, la fábrica china ha enviado 90.949 vehículos al exterior, un 33,40 % más que en 2024. Sin embargo, este crecimiento no compensa la caída en el mercado interno.

La presión sobre las ventas locales es cada vez más difícil de esquivar, y la empresa debe decidir si redobla su apuesta por China o empieza a reorientar su estrategia hacia otros destinos.

Tesla también tiene cartas por jugar. El próximo lanzamiento del robotaxi, previsto para el verano, podría redefinir la percepción del público sobre la marca y abrir nuevas oportunidades en movilidad autónoma.

Además, la posibilidad de introducir una versión más económica del Model Y hecha a medida para el mercado chino podría tener un impacto positivo si se ejecuta con inteligencia.

El futuro de Tesla en China dependerá de su capacidad para adaptarse a un entorno en el que ya no es el líder indiscutible.