El Toyota bZ7 está desarrollado en colaboración con el fabricante chino GAC, y que nace con la intención de competir en serio en el segmento de las berlinas eléctricas premium.

Su debut en el Salón del Automóvil de Shanghái no es casual: China es, hoy por hoy, el mercado más importante del mundo para el coche eléctrico. Y Toyota quiere recuperar el terreno perdido, aunque eso implique jugar en campo ajeno.
Lo primero que llama la atención del bZ7 es su tamaño, se trata de una berlina de más de cinco metros de largo. Estamos ante una berlina premium, con un diseño exterior muy diferente a lo que nos tiene acostumbrados Toyota.
El diseño del bZ7 apuesta por una silueta fastback, con líneas aerodinámicas y unos faros delanteros en forma de C que recorren todo el ancho del frontal mediante una banda luminosa.
La estética es sobria pero futurista, con ciertos rasgos que recuerdan a modelos previos de la familia «beyond Zero» (bZ), pero con una evidente evolución hacia un lenguaje visual más sofisticado.
Donde realmente Toyota parece haber querido dar un salto cualitativo es en el interior. El habitáculo del bZ7 incorpora una instrumentación completamente digital y una gran pantalla central flotante que domina el salpicadero.
Sin embargo, lo más llamativo es la integración del sistema HarmonyOS de Huawei, lo que convierte al bZ7 en el primer coche de la alianza GAC-Toyota en utilizar esta plataforma.
Esta colaboración tecnológica con una empresa china líder en conectividad y software no es casualidad: apunta directamente a los gustos y exigencias del cliente chino, cada vez más exigente con la experiencia digital a bordo.
Además, el bZ7 contará con sensor LiDAR instalado en el techo, una decisión que sugiere que el coche dispondrá de avanzados sistemas de asistencia a la conducción.
Aunque Toyota no ha confirmado todos los detalles técnicos, el uso de LiDAR anticipa un despliegue tecnológico de primer nivel en cuanto a conducción semiautónoma.
En cuanto a las prestaciones, tampoco se han desvelado datos concretos sobre motorización, potencia o batería. No obstante, tomando como referencia al bZ3X, otro modelo desarrollado por GAC Toyota, es razonable esperar cifras de autonomía superiores a los 600 kilómetros bajo el ciclo CLTC.
El caso del bZ7 es paradigmático también por otra razón: será un coche exclusivo para el mercado chino. No hay previsión, al menos por ahora, de que se venda en Europa, América o Japón.
Esto puede entenderse como una decisión estratégica para ganar cuota de mercado en un país que representa más del 50% de las ventas globales de coches eléctricos. Pero también puede interpretarse como una renuncia a competir globalmente con un modelo que, sobre el papel, tiene argumentos de sobra para plantar cara a los grandes del segmento premium eléctrico.
En el primer trimestre de 2025, GAC Toyota ha vendido 171.477 unidades, lo que muestra un impulso fuerte en el mercado chino. Sin embargo, la pregunta sigue siendo si Toyota será capaz de replicar ese éxito fuera de China.
No se puede ignorar tampoco el hecho de que Toyota sigue arrastrando una imagen de conservadurismo en lo que respecta a los coches con motores 1005 eléctricos.
Los híbridos les dieron fama y éxito, pero esa fórmula ya no basta para convencer a un público que busca prestaciones, diseño, conectividad y sostenibilidad sin compromisos.
En 2023 apenas vendieron 100.000 eléctricos en todo el mundo, una cifra ridícula si se compara con lo que mueven empresas como BYD o Tesla.
Toyota promete alcanzar los 3,5 millones en 2030 y lanzar 15 modelos 100% eléctricos antes de 2027. En este año 2025, los nuevos modelos eléctricos que Toyota pondrá a la venta se esperan con expectación.
El bZ7, en ese sentido, es una oportunidad para demostrar que la marca japonesa puede cambiar el paso y competir de tú a tú con los nuevos gigantes de la movilidad eléctrica.
En definitiva, el Toyota bZ7 no es solo una berlina eléctrica más, es un una declaración de intenciones de una marca que durante años pareció dudar y ahora dice estar lista para recuperar el terreno perdido.
Durante años, Toyota fue la marca que parecía ir contracorriente en la transición hacia el coche eléctrico. Mientras el resto de fabricantes hablaban abiertamente de eliminar el motor térmico de sus catálogos, la firma japonesa defendía el híbrido como solución a medio plazo.
Incluso el propio Akio Toyoda, nieto del fundador y hasta hace poco presidente de la compañía, llegó a dejar entrever dudas sobre si los eléctricos eran el camino definitivo. Sin embargo, en 2025, las tornas han cambiado, y con el nuevo Toyota bZ7, el mensaje es claro: los japoneses van a por todas.