2.500 bicicletas eléctricas transforman Zaragoza: así cambia la forma de moverse por la ciudad

En siete meses de funcionamiento, el nuevo sistema de bicicletas públicas Bizi Zaragoza ha transformado notablemente el panorama urbano de la capital aragonesa.

2.500 bicicletas eléctricas transforman Zaragoza- así cambia la forma de moverse por la ciudad

Desde su relanzamiento en enero de 2025, la red ha experimentado un crecimiento sostenido tanto en usuarios como en volumen de desplazamientos, alcanzando cifras que superan las expectativas iniciales del Ayuntamiento y de la empresa concesionaria, Serveo.

Uno de los datos más destacados es el récord registrado el 20 de agosto, con 21.251 trayectos realizados en un solo día.

Esta cifra refleja una consolidación del servicio como parte habitual del ecosistema de movilidad de Zaragoza.

A lo largo de estos meses, el sistema ha superado los 1,8 millones de desplazamientos y ha acumulado más de 4,5 millones de kilómetros recorridos, datos que indican una utilización intensiva de las bicicletas, especialmente en días laborables.

Este rendimiento ha sido posible en parte por el adelanto en los plazos de despliegue. Estaba previsto que el servicio alcanzara la cobertura total de la ciudad en octubre de este año, pero el pasado julio ya estaban operativas las 276 estaciones y las 2.500 bicicletas eléctricas distribuidas por todos los distritos.

Además, los plazos han conseguido acortarse seis meses antes de lo planificado. Esto ha sido bien recibido por los usuarios y ha facilitado la integración del sistema en la vida diaria de la población.

La frecuencia de uso también ha sido notable. Cada bicicleta eléctrica se utiliza de media más de 13 veces al día en jornadas laborables, una cifra que se sitúa en la media europea.

Este dato sugiere un nivel de aprovechamiento elevado y un buen ajuste entre la oferta y la demanda de los ciudadanos.

El número de abonados anuales supera los 27.700. A estos se suman los usuarios de bonos mensuales, diarios y billetes sencillos, la cifra total de personas que han utilizado el servicio en estos primeros siete meses supera las 55.000.

Esto supone una penetración significativa para una ciudad de las dimensiones de Zaragoza y demuestra que el modelo ha encontrado una base sólida de usuarios.

Uno de los factores que ha facilitado este nivel de adopción es la estructura tarifaria. El coste del abono anual es de 30 euros durante el primer año, y pasa a 60 euros a partir del segundo.

También existen opciones mensuales por 10 euros, diarias por 1 euro y billetes sencillos de 0,50 euros por trayecto de hasta 30 minutos.

Estos precios, junto con la gratuidad de la primera media hora de uso, han contribuido a hacer el servicio accesible y competitivo frente a otros medios de transporte.

La aplicación móvil permite gestionar el uso de las bicicletas eléctricas de forma sencilla. Desde la app se puede localizar estaciones, consultar su disponibilidad en tiempo real y controlar los tiempos de uso.

Esta funcionalidad ha mejorado la experiencia del usuario y ha eliminado barreras de entrada, especialmente entre quienes no están familiarizados con sistemas de movilidad compartida.

El sistema no está disponible para menores de 16 años, y los jóvenes de entre 16 y 18 necesitan autorización por escrito de sus tutores para utilizarlo.

Esta restricción ha sido implementada para garantizar la seguridad de los usuarios y mantener un control sobre el perfil de quienes acceden al servicio.

En términos de impacto en la movilidad general de la ciudad, los datos también muestran una transformación progresiva.

En un día laborable medio se registran aproximadamente 67.600 trayectos realizados en bicicleta o vehículos de movilidad personal.

De estos, más del 55% corresponden a bicicletas, y alrededor de una cuarta parte se realizan mediante el sistema Bizi.

Esta cuota indica que el servicio ha logrado posicionarse como un actor relevante en la movilidad urbana de Zaragoza.

El trayecto promedio tiene una duración de unos 11 minutos y una distancia media de 2,45 kilómetros, lo que sugiere que los desplazamientos responden principalmente a necesidades de movilidad cotidiana, como ir al trabajo, a centros educativos o a realizar gestiones.

Estos datos permiten pensar que el sistema se ha consolidado como una alternativa real y funcional al coche privado.

A pesar del éxito numérico, no todos los elementos son necesariamente positivos. La sostenibilidad del modelo a largo plazo está por ver, especialmente cuando el coste del abono anual se duplique para quienes ya están suscritos desde el primer año.

También será importante observar cómo evoluciona el mantenimiento de la infraestructura y la gestión de incidencias en un sistema con una demanda tan alta.

El modelo de Zaragoza presenta aspectos destacables, pero aún es pronto para considerarlo un referente definitivo.

Existen variables que podrían afectar su estabilidad, desde cambios en las condiciones económicas de los usuarios hasta decisiones políticas futuras sobre movilidad o transporte público.

De momento, la realidad es que Bizi Zaragoza ha sido capaz de implantarse con éxito en toda la ciudad, generar un uso intensivo de sus bicicletas y ofrecer una experiencia de usuario sin grandes fricciones.

La combinación de tecnología, precios accesibles y rapidez en la implementación ha permitido que este servicio se consolide como parte del paisaje urbano.

Aunque no está exento de retos, se trata de una experiencia que está transformando la manera en que miles de personas se mueven por Zaragoza.

Etiqueta: noticias sobre bicicletas eléctricas.