En el mes de mayo salto la noticia de que Estados Unidos ha aumentado los aranceles a las importaciones de vehículos eléctricos de China.
El gobierno americano justifica esta medida al 100% para proteger a su industria automotriz y su tecnológica en energía.
La guerra por el nuevo paradigma energético es bien claro y se ve reflejado en dos campos estratégicos como son los paneles solares y los vehículos eléctricos.
Tanto China como Estados Unidos son dos países que siempre están a la vanguardia tecnológica por que saben que son buenos réditos para sus economías. Por otra parte, Europa que parecía que iba a ser el ícono de la transformación se está quedando atrás.
Estados Unidos ha decidido aumentar los aranceles de importación de productos chinos como los vehículos eléctricos para proteger su seguridad industrial y económica.
Las medidas están diseñadas para contrarrestar el dominio de China en industrias clave y fomentar la inversión en tecnología y manufactura estadounidenses.
Además de los vehículos eléctricos, Estados Unidos también aumentará los aranceles sobre productos chinos como paneles solares y semiconductores.
La medida está diseñada para abordar el exceso de capacidad y las prácticas comerciales desleales que amenazan la seguridad económica y las cadenas de suministro de Estados Unidos.
El aumento de aranceles también afectará al acero, el aluminio, los semiconductores, las jeringas y los equipos de protección personal procedentes de China.
Estas medidas apuntan a reducir la dependencia de China en áreas clave y fomentar la inversión en tecnología y manufactura estadounidenses. En respuesta a las medidas, China criticó la posición estadounidense y negó que sus industrias tuvieran exceso de capacidad.