Las baterías de los coches eléctricos duran más de lo que te cuentan

Se han analizado más de 7.000 y la degradación de la batería de un coche eléctrico después de 300 mil kilómetros es de solo un 13%.

Las consultoras P3 y Geotab certifican en su informe que la degradación de las baterías de LFP que llevan los coches eléctricos es mínima.

El informe refleja el análisis a las baterías de 7.000 vehículos arrojando los siguientes datos: después de 100 mil kilómetros las baterías tienen una degradación media del 10% y llegados a circular 300 mil kilómetros de tan sólo un 13%.

Esto llevaría a derrumbar otro de los mitos en contra del coche eléctrico, pero con el paso de los años cada vez hay más datos que demuestran que la degradación de las baterías es mínima.

Los taxistas son un claro ejemplo, coches eléctricos que se les meten 400.000 kilómetros en 4 años y a penas tienen desgaste en las baterías, demostrando el gran ahorro en combustible y mantenimientos para un taxista que se compre un coche eléctrico.

El análisis fue realizado en colaboración por varias empresas: P3, Geotab y Aviloo. Este informe independiente sobre la salud de las baterías (SoH) proporciona al consumidor la capacidad de una batería después de largo.

Para poder demostrar los datos se han hechos cargas totales y uso de carga hasta el 10%, desmintiendo también la falsedad de que solo se pueden recargar hasta el 80%. Sobre esto las dos recomendaciones reales son que si no vas a utilizar el coche no lo cargues al 100% ni lo dejes sin carga.

Por supuesto, además de estos estudios independientes los grandes fabricantes de baterías como son CATL y BYD realizan continuos diagnósticos sobre la degradación de las baterías, cada día es mucho menor.

Lo que supone este desgaste para un coche que se le de mucho uso después de recorrer 300.000 kilómetros es que la autonomía se vea reducida en unos 40 km. Además, hay que tener en cuenta que al llegar a esta cifra distancia recorrida un coche eléctrico te saldría gratis frente a uno de combustión con el ahorro en combustible y mantenimientos.

Poniendo un ejemplo concreto sobre la batería del coche más vendido en España, el Tesla Model 3, cuya batería tiene una capacidad de 60 kWh, la degradación rebajaría su capacidad a 52.2 kWh después de recorrer 300 mil kilómetros, una reducción de capacidad mínima.