CATL lanza la nueva batería Shenxing Pro, disponible en versión de carga ultrarrápida o de larga duración.

CATL acaba de presentar en Europa la batería Shenxing Pro, con carga ultrarrápida y un millón de kilómetros de vida útil
El fabricante chino de baterías CATL ha dado un paso decisivo para consolidar su presencia en Europa con el lanzamiento de la nueva batería Shenxing Pro, presentada oficialmente el 7 de septiembre en la antesala del salón IAA Mobility de Múnich.
Esta batería, basada en la química LFP (litio-ferrofosfato), no solo introduce avances técnicos tangibles, sino que apunta de manera directa a resolver las demandas estructurales del mercado europeo: seguridad térmica avanzada, autonomía competitiva y velocidades de carga que reconfiguran la experiencia de uso del vehículo eléctrico.
El lanzamiento de la Shenxing Pro marca también la primera integración comercial de la tecnología NP 3.0 (No Propagation 3.0) de CATL, un desarrollo propio que condensa siete años de investigación centrada en evitar la propagación de incendios por fuga térmica.
Con NP 3.0, CATL logra contener esos escenarios. Incluso si se produce una fuga térmica, la batería mantiene el suministro de energía durante más de una hora, permitiendo que el conductor pueda maniobrar con seguridad fuera de una zona de riesgo.
Más aún: no se generan llamas visibles ni humo que pueda entorpecer la visibilidad, evitando posibles accidentes secundarios.
Este enfoque, claramente centrado en la seguridad, no sacrifica rendimiento. Al contrario, la Shenxing Pro se presenta en dos versiones muy diferenciadas, ambas pensadas para cubrir segmentos distintos dentro del ecosistema de movilidad eléctrica europeo.
Por un lado, la versión de larga duración y largo alcance, que alcanza los 758 km de autonomía WLTP y garantiza una vida útil de hasta 12 años o un millón de kilómetros.
Esta variante ha sido desarrollada con especial atención a los operadores de flotas y empresas de renting, un segmento muy relevante en Europa donde la degradación de la batería es un factor crítico.
Según CATL, tras recorrer 200.000 kilómetros, esta batería apenas pierde un 9 % de rendimiento, una cifra que rebaja sustancialmente el estándar de degradación actualmente aceptado.
Por otro lado, se encuentra la versión de carga superrápida, que eleva el listón de lo que hoy se considera “tiempo razonable” para recargar un vehículo eléctrico.
Con tan solo 10 minutos de carga, esta batería es capaz de añadir 478 kilómetros de autonomía WLTP.
Esto equivale a una velocidad de carga de 0,8 kilómetros por segundo, una cifra que la posiciona como la batería LFP de carga más rápida disponible en Europa.
Es, en definitiva, un avance que redefine la relación entre el tiempo de espera y la movilidad eléctrica, acercándose a una experiencia de repostaje similar a la de los motores térmicos.
Además, esta versión extrema de carga rápida mantiene niveles de rendimiento inusuales incluso en situaciones de frío extremo.
Según los datos proporcionados por CATL, a una temperatura de -20 °C, una sesión de carga de 20 minutos proporciona 410 kilómetros de autonomía, un dato que cobra importancia en contextos invernales como los del norte y centro de Europa.
Este rendimiento no solo facilita la adopción del vehículo eléctrico en climas adversos, sino que también refuerza la versatilidad de la Shenxing Pro como solución de movilidad integral para todo tipo de escenarios.
La batería de carga superrápida también muestra ambiciones de alto rendimiento en aceleración, algo que sorprende dentro de la tecnología LFP, históricamente más centrada en la durabilidad que en las prestaciones puras.
Con un estado de carga del 20 %, esta batería es capaz de llevar un vehículo de 0 a 100 km/h en apenas 2,5 segundos, aprovechando una potencia de descarga de 830 kW.
Es un ejemplo del nuevo equilibrio que buscan fabricantes como CATL: ofrecer baterías que no solo duren más y sean más seguras, sino que también estén a la altura de las exigencias de rendimiento de los usuarios más dinámicos.
CATL acompaña estos desarrollos técnicos con una estrategia empresarial que va más allá de la simple distribución de tecnología.
Tan Libin, vicepresidente sénior de negocios globales de la compañía, lo dejó claro durante la presentación: no se trata solo de “fabricar en Europa para Europa”, sino de crear una cadena de valor que permita a la región avanzar hacia un modelo energético sostenible.
Esto incluye la producción de materiales, la manufactura de baterías, su remanufactura y, sobre todo, su reciclaje.
Es una visión que responde a las exigencias regulatorias de la Unión Europea y que posiciona a CATL como un actor dispuesto a invertir de forma estructural en el territorio europeo.
En este sentido, la Shenxing Pro no es solo una batería, sino un emblema del nuevo enfoque de CATL para el mercado europeo: una apuesta técnica, industrial y comercial.
La elección del IAA Mobility como escenario para este anuncio es un acierto. Alemania, como epicentro del automóvil europeo, representa tanto un reto como una oportunidad.
En un contexto donde fabricantes locales como Volkswagen, BMW y Mercedes están reconfigurando sus líneas de producción hacia lo eléctrico, CATL se posiciona como un proveedor estratégico con un producto diferencial.
El uso de tecnología LFP en lugar de las químicas más costosas como el NCM (níquel, cobalto, manganeso) demuestra que CATL sigue apostando por una electrificación asequible, sin renunciar a prestaciones de alto nivel.
La elección no es trivial: la química LFP ofrece una mayor estabilidad térmica, una vida útil más prolongada y menores riesgos ambientales, lo que la convierte en una opción especialmente atractiva para flotas públicas, servicios de carsharing y vehículos de uso intensivo.
La introducción de la Shenxing Pro en Europa también envía un mensaje político y económico: China no solo domina la cadena de suministro global de baterías, sino que está dispuesta a compartir esa ventaja tecnológica con los mercados que apuesten por la movilidad eléctrica.
La batería Shenxing Pro no es una simple evolución técnica dentro del portfolio de CATL. Es un producto que, al combinar seguridad activa, carga ultra rápida y durabilidad, redefine lo que se puede esperar de una batería LFP en 2025.
Con esta apuesta, CATL no solo quiere ser proveedor, sino también ser el catalizador de una nueva etapa en la movilidad eléctrica.
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