Slate Truck, el vehículo eléctrico del fundador de Amazon recibe 100.000 reservas

Slate Truck es un vehículo eléctrico con un precio de 20.000 dólares que viene a revolucionar el concepto de fabricación tradicional.

La industria del automóvil eléctrico parece haber encontrado un nuevo contendiente que promete agitar el mercado con una propuesta tan arriesgada como ambiciosa: un precio base de 20.000 dólares y un enfoque modular que permite transformar una camioneta en un SUV con un simple kit.

La startup emergente Slate Auto, con sede en Michigan, ha irrumpido en escena con su modelo » Slate Truck», un vehículo que en apenas 18 días ha asegurado 100.000 reservas, una cifra sorprendente que deja entrever un claro apetito por vehículos eléctricos asequibles y funcionales.

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El secreto de este éxito relámpago parece radicar en varios factores, pero el precio es el mas llamativo. Mientras que otros fabricantes se han visto atrapados en una espiral de costes elevados, Slate ha decidido posicionarse en el segmento económico, anunciando un precio de salida inferior a los 20.000 dólares gracias a los incentivos fiscales en Estados Unidos.

Esta cifra representa un golpe directo al corazón de la competencia, donde los precios de los eléctricos, especialmente en el segmento de camionetas y SUV, superan con facilidad los 50.000 dólares.

Pero no solo el precio ha sido determinante. La estrategia de reservas también ha jugado un papel crucial: con un depósito de apenas 50 dólares, Slate ha eliminado prácticamente cualquier barrera de entrada para los interesados.

Esta táctica, que recuerda a la empleada por Tesla en su día para el Cybertruck, ha permitido a miles de personas unirse a la lista de espera sin necesidad de un compromiso económico significativo.

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La pregunta ahora es si este aluvión de reservas se materializará en ventas efectivas cuando la producción comience en el cuarto trimestre de 2026.

A diferencia de otros proyectos eléctricos que apuestan por la complejidad tecnológica y el lujo como argumentos de venta, Slate ha optado por un camino diferente. Su diseño, descrito como un «lienzo en blanco», permite al usuario personalizar el vehículo según sus necesidades.

A través de un catálogo de más de 100 accesorios, los propietarios pueden adaptar la camioneta a distintos usos, e incluso transformar su configuración en un SUV de cinco plazas. Esta versatilidad ha sido un argumento de peso para muchos de los que han decidido dar el paso de reservar el vehículo.

Slate Auto, sin embargo, no está sola en esta carrera por dominar el segmento de los eléctricos económicos. Las recientes noticias sobre el coche eléctrico vinculado al fundador de Amazon, que también ha conseguido 100.000 reservas en un tiempo récord, evidencian una creciente demanda por modelos accesibles y sostenibles.

El respaldo de gigantes tecnológicos al sector del automóvil eléctrico está acelerando una transición que parecía avanzar con lentitud, y ahora parece que Slate ha encontrado un nicho que podría catapultarla a la fama en los próximos años.

La comparación con el Cybertruck de Tesla resulta inevitable. Cuando el coloso de Elon Musk presentó su camioneta futurista, las reservas superaron el millón, pero las expectativas no se tradujeron en ventas reales.

A día de hoy, el Cybertruck, con precios que superan ampliamente lo prometido en su lanzamiento, apenas ha conseguido vender unas 50.000 unidades, y Tesla acumula un inventario que no logra colocar en el mercado.

Este desencanto podría ser la ventana de oportunidad para Slate, siempre y cuando logre cumplir su promesa de mantener el precio base cercano a los 20.000 dólares y ofrezca una experiencia de usuario alineada con lo que sus 100.000 clientes iniciales esperan.

La gran incógnita, como siempre en el sector de los vehículos eléctricos, es la producción. Slate ha confirmado que la fabricación se llevará a cabo en Estados Unidos y que las primeras entregas están previstas para finales de 2026.

Este horizonte temporal es razonable para una startup, pero también representa un desafío logístico y financiero. Las dudas sobre su capacidad para escalar a una producción masiva, cumplir con los estándares de calidad y ajustar el precio a las fluctuaciones del mercado persisten.

Pese a ello, el camino que ha elegido Slate está claramente definido: asequibilidad, personalización y producción local. En un mercado saturado de modelos premium, la estrategia de esta startup podría ser el revulsivo que el sector necesita para democratizar, de una vez por todas, el acceso a los vehículos eléctricos en Estados Unidos.

Ahora, la pelota está en su tejado. ¿Podrá Slate Auto cumplir lo prometido y transformar esas 100.000 reservas en ventas reales?. Si lo logra, estaríamos ante el nacimiento de un nuevo gigante de la movilidad eléctrica.