Más del 20% de los coches eléctricos vendidos en España en 2025 ya son chinos

El fin del dominio absoluto de Tesla coincide con el ascenso imparable de BYD, que ya disputa el liderazgo del mercado eléctrico español.

El año 2025 está suponiendo una auténtica ruptura en el mercado español del coche eléctrico. El aumento de las matriculaciones ha intensificado la competencia hasta niveles inéditos y ha obligado a todas las marcas a pelear por un espacio en el segmento que más crece.

Tras años marcados por la hegemonía de Tesla en lo alto del ranking y por un dominio europeo prácticamente incontestado por regiones, el mercado ha dado el giro que muchos anticipaban: la llegada del empuje chino ya no es una previsión, sino una realidad con peso propio, capaz de alterar por completo el equilibrio establecido.

El ascenso chino se entiende, ante todo, observando el papel que está jugando BYD. La marca ha pasado de matricular 3.801 unidades en 2024 a superar las 11.700 en lo que llevamos de año.

Se trata de un crecimiento impulsado por el catálogo más amplio de coches eléctricos del mercado y por una relación calidad-precio difícil de igualar, incluso tras la aplicación de los aranceles.

Su impulso ha sido tan fuerte que China alcanza ya un 22,8% de cuota, una cifra que la sitúa en el centro del debate sobre el futuro del automóvil eléctrico en España.

Pero este avance no es solo cosa de BYD. A su alrededor, marcas como MG, Leapmotor, Volvo y Polestar están construyendo un bloque heterogéneo pero extremadamente efectivo.

MG combina precio y simplicidad, Leapmotor apunta al segmento compacto con una propuesta muy directa, Polestar refuerza la parte alta del mercado y Volvo aporta volumen desde un posicionamiento premium familiar para el comprador español.

Son piezas distintas de un mismo puzzle: la consolidación del coche eléctrico chino en un país donde, hasta hace muy poco, sus marcas eran completamente desconocidas.

A pesar de esta irrupción, Europa sigue liderando el mercado español con un 41,9% de cuota. Este liderazgo esta basado en una estructura industrial profundamente arraigada y a la capacidad de los fabricantes europeos para cubrir prácticamente todos los segmentos del mercado eléctrico.

Renault, Peugeot, Citroën, Volkswagen, BMW o Mercedes-Benz mantienen un volumen combinado que sostiene la base del mercado.

Además, la presencia histórica de estas marcas, su red de concesionarios y su relación con el consumidor español continúan siendo activos determinantes.

El bloque estadounidense, por su parte, atraviesa un punto de inflexión muy distinto al europeo o al chino. Hasta el año pasado, Estados Unidos vivía prácticamente de la hegemonía absoluta de Tesla.

En 2024, la marca matriculó 16.678 eléctricos, un volumen que ningún fabricante, ni europeo ni asiático, podía siquiera cuestionar.

La palabra “liderazgo” se quedaba corta: Tesla dominaba el mercado español con una distancia tan grande que ninguna otra marca se le acercaba. Sin embargo, este año ese dominio ha desaparecido. Tesla suma 12.715 unidades, un volumen todavía muy alto, pero ya no suficiente para mantener su reinado.

El motivo es claro: el avance exponencial de BYD ha puesto fin a un liderazgo que se mantenía desde la introducción del Model 3 y del Model Y en España.

Si 2024 fue el último año del monopolio de Tesla en la parte alta del mercado, 2025 es el primero en el que la marca americana debe compartir la cima.

La cuota estadounidense se sitúa ahora en el 19,4%, reflejo de un escenario donde Tesla mantiene influencia, pero ya no marca el rumbo en solitario. Y en el que la otra marca americana, Ford, no consigue despegar.

Corea del Sur, mientras tanto, continúa desempeñando un papel silencioso pero extremadamente sólido. KIA y Hyundai, que juntos superan las 9.800 unidades, sitúan al país en un 11,5% de cuota.

Su presencia no crece tan rápido como la china ni se reformula tan agresivamente como la americana, pero mantiene un equilibrio estable que resulta muy difícil de desafiar.

KIA y Hyundai han logrado establecer una imagen clara de eficiencia, fiabilidad y autonomía realista, algo que el comprador español valora de manera especial en un contexto donde la infraestructura de recarga pública aún avanza con desigual ritmo.

El bloque japonés, por su parte, aparece claramente rezagado. Con un 4,4% de cuota, Japón sigue experimentando las consecuencias de una transición muy lenta hacia el eléctrico puro.

Toyota es prácticamente la única marca con presencia significativa, pero su catálogo sigue centrado en el híbrido no enchufable.

Esto deja a Japón en el último lugar entre las grandes regiones, sin un modelo estrella capaz de rivalizar con los europeos, coreanos o chinos.

La fotografía completa del mercado español muestra así un nuevo equilibrio, mucho más dinámico y competitivo que en años anteriores.

Europa sigue liderando, pero ya no desde la comodidad. Estados Unidos conserva influencia gracias a Tesla, pero ha perdido la hegemonía. Corea mantiene su estabilidad y Japón avanza con timidez. Y, sobre todo, China se consolida como una fuerza estructural, no como una tendencia pasajera.

Superar el 20% de cuota y aproximarse a Europa con tanta rapidez demuestra que el mercado español ha dejado de moverse en torno a un único actor o a una única región.

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